Por lo menos 40 de los hechos que marcaron a Durango en el presente año, por el pánico que se vivió entre la ciudadanía, se presentaron un martes; El Siglo de Durango le informó sobre balaceras, persecuciones, amenazas de bombas, ejecuciones, decapitaciones y “levantones”, entre otros sucesos que en su mayoría provocó el crimen organizado.
La capital del estado se convirtió en la sucursal del infierno en varias ocasiones debido a la estela de ejecuciones que se iban suscitando durante el año, algunas provocadas por los famosos “cuernos de chivo”, otras por granadazos y otras más por decapitación.
También la zona serrana de la entidad y la Comarca Lagunera vivieron momentos de pánico en diferentes hechos sangrientos donde el saldo fueron decenas de personas muertas. También en martes fueron la mayoría de las amenazas de bomba en edificios públicos, que provocaron crisis nerviosas en centenares de personas inocentes.
Asimismo los “levantones”, secuestros y ataques a la autoridad, especialmente en contra de la Procuraduría General de Justicia del Estado, también se presentaron en martes.
Ataques de alto impacto
No se podrá olvidar aquel martes 26 de febrero cuando una docena de sujetos armados ingresó a un estacionamiento ubicado en calle Carlos León de la Peña esquina con Mascareñas, en pleno Centro de la ciudad, donde más de 200 casquillos de AK-47 y AR-15 arrojaron saldo de cinco muertos.
Tampoco las fenomenales persecuciones por todo el bulevar Durango, desde el Real del Mezquital hasta la Soriana Madero cuando el 21 de octubre “levantaron” a dos personas y en el intento de liberarlas los agentes de la DEI se “topetearon” con los delincuentes terminando con saldo de un “malandro” muerto y varios agentes lesionados.
Al igual que el pánico que provocó en la misma zona el hecho de que varios delincuentes arrojaron tres granadas al Instituto de Capacitación Policial de la PGJE que se ubica en la esquina de los bulevares Domingo Arrieta y Durango.
Finalmente, entre los sucesos que dejaron consternada a la ciudadanía por la violenta y sanguinaria forma de actuar del crimen organizado fue aquel 20 de mayo, en el que un enfrentamiento en la carretera a Nombre de Dios arrojó ocho muertos regados por toda la rúa, y el reciente ataque que sufrieron cuatro miembros de una familia cuando iban en un cortejo fúnebre a la altura de la PGR.
Rodaron las cabezas
Fue un martes, el 3 de junio, cuando amanecieron en el municipio de Lerdo tres cuerpos ejecutados, uno de ellos decapitado, sin que las autoridades se explicaran cómo fue que en pleno centro hayan irrumpido los delincuentes y dejado los cadáveres en las inmediaciones de una plaza.
También el 17 de junio en las inmediaciones de San José de la Parrilla, en Nombre de Dios, fueron encontrados en una camioneta Expedition dos sujetos que estaban vestidos con uniformes militares a los que les cortaron la cabeza y las dejaron en unas bolsas negras.
La Sierra se tiñó de rojo
Entre los hechos sangrientos que ocurrieron en martes en el interior del estado se presentaron en enero y abril la muerte de Mario López Gallegos de cinco balazos en el municipio de Topia y la de José Ángel Vizcarra Coronel, ultimado con “cuerno de chivo” en Canelas.
También se tuvo conocimiento el 13 de mayo de la ejecución con rifles AK-47 de Guillermo Arredondo Cháidez, en el municipio de Tamazula, mientras que en San Dimas el 17 de junio fue acribillado Carlos Rivera con un fusil similar.
En más hechos violentos que El Siglo de Durango publicó se encuentra la ejecución de Roberto Salas, de 34 años, quien fue baleado cuando se encontraba cenando en el municipio de Poanas y el ataque que sufrieron cuatro personas en los límites con Sinaloa del que sólo se salvó una niña de cinco años, apenas el pasado 23 de diciembre.
Le pegaron a la autoridad
El pasado 5 de febrero un comando armado atacó en Rodeo a una patrulla de la DEI en la que iban el Comandante Regional de la corporación, un Jefe de Grupo y dos agentes mismos que resultaron lesionados, asimismo de un granadazo en el municipio de Canatlán mataron al agente de la misma corporación, Jesús Soto Duarte, el martes 17 de junio.
Entre los ataques que sufrió la Procuraduría en martes se tuvo conocimiento del granadazo a una patrulla en la colonia Valle del Guadiana y otro en la casa de un agente en el fraccionamiento Villas de San Francisco.
El 30 de septiembre se suscitó la ejecución del comandante de la Policía Municipal de El Oro, Audencio Arredondo, a quien le dispararon en seis ocasiones.
Finalmente en este apartado, el 18 de noviembre un comando armado atacó al alcalde de Ocampo, Luis Carlos Ramírez, y aunque salió ileso de los disparos se informó sobre las lesiones que sufrieron sus compañeros, el Director de Desarrollo Rural y uno de los regidores.
“Levantones” y secuestros
El Siglo de Durango informó que el martes 4 de marzo después de recibir varios disparos en su vehículo en la carretera a Mazatlán, a la altura de la colonia Tierra y Libertad, fue “levantado” Manuel Candelario Villa.
En lo que fue el primer “levantón” masivo en la entidad, el 7 de octubre fueron sustraídas cinco personas que viajaban a bordo de una camioneta por el centro de El Salto, Pueblo Nuevo, y días más tarde aparecieron tres ejecutados en la capital del estado.
También las gavillas hicieron de las suyas en San Dimas, pues tal y como lo informó este medio de comunicación, fue secuestrado un niño de 12 años por un grupo de 15 sicarios, quien además se llevó a un tío del menor, dejándolos libres dos semanas después de haber cobrado una fuerte suma de dinero que sobrepasó el millón de pesos.
Más ejecuciones en la capital
Las movilizaciones policiacas alertaban a la ciudadanía justo los martes, pues nada más se escuchaban las sirenas de las patrullas y los duranguenses ya sabían que habían matado a alguien, como fue el caso de un cadáver encontrado en las inmediaciones del fraccionamiento Valle Verde, cuerpo que estaba envuelto en una cobija y que tenía un narcomensaje en el que amenazaban a la autoridad.
También en Gabino Santillán se encontraron dos cuerpos, el de José Félix Mendoza el 17 de junio y el de un desconocido que estaba semienterrado el 21 de octubre, ambos muertos a balazos.
El martes 8 de julio fue asesinado de varios impactos de bala el abogado Víctor Manuel Villalobos, afuera de su domicilio en el fraccionamiento Camino Real, mientras que en el ejido Benito Juárez fue encontrado sin vida otro sujeto al que a machetazos le destrozaron el cráneo.
Lerdo, convertido en cementerio
Otra de las situaciones que llamó la atención fue que justo en martes se encontraron varios ejecutados en el municipio de Lerdo, como fue el caso del taxista Juan Fernando Soto y el ex agente de la Policía Ministerial de Coahuila, Óscar Rancel Campos, ambos ultimados por armas de fuego.
El 17 de junio fue encontrado también sin vida un joven al que dejaron adentro de la cajuela de su auto en el poblado El Huarache y en un basurero cercano al aeropuerto mataron a José Dolores Valerio Ontiveros.
Finalmente, en dos martes de este mes fue acribillado enfrente de su familia Alejandro Vargas Núñez y una semana después en el ejido Monterreycillo encontraron a otro sujeto con ocho impactos de bala.
El martes les gustó para bromear
Durante el año se presentaron diversas amenazas de bomba en edificios públicos que alarmaron a la ciudadanía y coincidentemente fue en martes la mayoría de éstas, que a final de cuentas resultaron ser bromas.
El 22 de enero se implementó un fuerte operativo policiaco, ya que se informó que en el Hotel Florida Plaza había un artefacto explosivo.
El 19 de febrero le tocó a los empleados de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ser evacuados del inmueble por una llamada que amenazaba con hacer explotar una bomba.
También el martes 8 de abril evacuaron a medio centenar de personas de la tercera edad que estaban en el interior del Centro de Desarrollo Comunitario Olga Arias, perteneciente al DIF ubicado en el bulevar Durango.
La cuarta amenaza fue el 23 de septiembre en la Escuela Miguel Hidalgo ubicada enfrente del Jardín Juárez de Analco y otra en una empresa de maquinaria pesada ubicada a la salida de la carretera a Gómez Palacio.
Finalmente, el martes 2 de diciembre personal de Protección Civil y del Ejército Mexicano acudió al Palacio Federal a desalojar a los trabajadores y a los alumnos de una escuela cercana por la supuesta presencia de un artefacto explosivo y al mismo tiempo se estaba recibiendo el reporte de otra bomba en la Facultad de Medicina.