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YAMIL DARWICH

Lo invito a relajarnos un poco, dejando de lado los problemas cotidianos y distraernos con temas que bien pudieran ser considerados esotéricos, que están más allá de lo comprensible y/o que la ciencia actual no puede comprender o explicar y no necesariamente representan falsear o errar sobre el conocimiento de nuestro universo.

Recuerde que lo que no se puede medir, tampoco se puede determinar.

De hecho, con el paso del tiempo y las mejores formas de medir, comprobar y definir los fenómenos de la materia, logros que hemos alcanzado con el apoyo de la ciencia y su hija la técnica, aparecen fuertes cuestionamientos a muchas afirmaciones científicas del pasado, consideradas como verdad inalterable.

Hoy día, la propia física moderna es cuestionada al contrastarla entre lo aceptado como cierto ante la cuántica, según observaciones en laboratorios. ¿Cómo que los fotones del átomo pueden separarse para atravesar una pared colocada en medio y luego volverse a unir?, hecho observado con la máquina de colisión de hadrones.

En los nuevos cuestionamientos incluya a la astrofísica, con avances vertiginosos, que ahora estudia a la "materia oscura", un tipo diferente a la conocida, que se estima corresponde aproximadamente al 80% de la continencia del universo? y que no es energía oscura, bariónica -ordinaria-, ni neutrinos. Su constitución, origen y causa/efectos se desconocen, aunque empiezan a describirse y "moverles el tapete" a los astrofísicos investigadores.

Otra área de permanentes adelantos es el campo de la salud, más allá de los constantes descubrimientos en la genética moderna, la inmunología y la farmacología.

Sorpréndase: ahora se estudia la "bionergía humana".

La doctora Valerie Hunt, ha llegado a ser la principal autoridad científica mundial sobre un fenómeno del que se ha hablado durante muchos siglos, pero que nunca fue medido científicamente: la observación del aura humana.

Ella, desde los años 70, ha estudiado el fenómeno en importantes universidades de los EUA, actualmente reconocida como científica de la Universidad de California (UCLA) y profesora emérita de ciencias fisiológicas de esa casa de estudios. Recuerde que el pragmatismo económico del mundo actual no aplica dineros y recursos a aquello que no le encuentra un beneficio económico y aplicable para el desarrollo humano.

La dra. Hunt, comenzó a desarrollar mecanismos para investigar lo que llama "el campo bioenergético del humano", buscando relaciones entre la energía y los estados de salud o enfermedad y ha encontrado datos muy interesantes.

Desde luego que desde los antiguos imperios, la filosofía grecolatina y las creencias de los pensadores de la India milenaria, ya se conocía como "aura" la representación de la actividad energética de nuestros cuerpos, plasmada en retratos de santos cristianos con un aro -halo- encima de su cabeza y tampoco es casualidad la coincidencia al pintárselos a sabios y salvos de color dorado, tonalidad de la energía luminosa. ¿Será así?

No se trata de la energía que conocemos, útil para la transmisión eléctrico nerviosa del cuerpo o de la electricidad estática, ambas estudiadas; es esa emanación que despedimos -aura de los antiguos- a la que la dra. Hunt, le ha dedicado su vida para escudriñarla, buscando su relación con los estados de ánimo, influencias del medio interno y, sobre todo, los efectos que producen en la salud humana.

Le advierto que junto a ella han aparecido charlatanes y personajes que basan sus afirmaciones en creencias o teorías esotéricas, buscando beneficios económicos; otros, convencidos en su propio pensamiento mágico. Ella no está entre ellos.

La dra. Hunt, define la emanación de energía en la naturaleza con variantes registrados entre 100.000 y hasta 250.000 ciclos por segundo y, ¡sorpréndase!: ha encontrado relación entre salud y enfermedad. El campo bioenergético humano empieza aproximadamente a los 400 ciclos por segundo, relacionado con la producción de energía -adenosín trifosfato-.

Asegura que vivimos estados emocionales por la influencia del medio que nos rodea, que puede alterar la cantidad de energía que emitimos y, en resumen, a mayor intensidad de ciclos habrá mejor salud; aún más: tener altas intensidades de tales vibraciones incrementan la capacidad de regeneración celular y hasta resistencia contra daños auto infringidos al cuerpo, caso del tabaquismo.

El dr. Larry Dossey, graduado en la Facultad de Medicina Southwestern en Dallas, participó en la creación de la Asociación de Diagnóstico Dallas, el mayor grupo de profesionales de medicina interna en esa ciudad y en 1982, fue jefe del personal del Dallas Medical City Hospital. Es otro investigador convencido de la bioenergía y ha escrito libros al respecto, particularmente en sus descubrimientos en el "poder de la oración". ¿Lo creé?

Es evidente que el mundo sigue evolucionando, incluyendo su pensamiento, aunque en ocasiones no consideremos suficientemente los valores trascendentes, sociales y humanos que nos rigen.

El futuro también nos ofrece alternativas que validan el pensamiento positivista sobre nuestro destino. ¿Qué le parece?

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Escrito en: Diálogo energía, Hunt,, estados, ciclos

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