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Esclavitud moderna

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YAMIL DARWICH

Quinientos médicos cubanos -de los que ya han llegado 70- son víctimas de un nuevo tipo de esclavitud, la denominada "moderna": condición por la cual, en la actualidad, una persona es obligada a trabajar en condiciones infrahumanas sin que pueda negarse debido a la coerción, las amenazas o el abuso de poder, entre otros.

El Tratado de Libre Comercio entre México, EUA y Canadá, prohíbe su ejercicio al violentar el derecho universal a la libertad, según la denuncia de la congresista federal, María Elvira Salazar, representante del 27 distrito de Florida, en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos; ella denuncia a los gobiernos de Cuba -Díaz Canel- y México -AMLO- de ejercerla, al permitir que la isla caribeña reciba 7000 dólares por cada uno de ellos y solamente les entregue 500 USD.

Ahora, advierte que exigirá a su gobierno aplicar a los esclavistas una de tres alternativas: suspender el tratado, castigar con aranceles o aplicar una multa.

Para el caso de México, además se violentan los derechos adquiridos con el estudio para ejercer la profesión de Médico Cirujano.

Quienes pretendan obtener una cédula profesional y así poder prescribir recetas médicas deben someterse a un proceso de evaluación estricto, que incluye: examen profesional, en la universidad que cursó sus estudios; luego, concursar por una plaza para residencia médica que van de 2 a 4 años y al ganarla, vivirla con violaciones a sus derechos laborales; después, un examen aplicado por la SSA; finalmente otro para lograr certificación, generalmente aplicado por colegiados de cada especialidad. Agregue la revalidación de su actualización, debiendo aprobarla cada 5 años.

En contraparte, los cubanos solo deberán arribar a México y sin procedimiento alguno de evaluación de sus capacidades profesionales, aceptar ubicarse en algún punto del territorio nacional.

Como justificación, el Gobierno Federal argumenta el desinterés de los profesionales por las regiones remotas de México y la falta de aceptación del trabajo en tales lugares inhóspitos, quienes percibirían un sueldo muy inferior al entregado a la dictadura cubana.

Ciertamente, la aceptación de plazas, por los médicos mexicanos, no han sido en la cantidad que propusieron las autoridades de salud; las causas son bien definidas y dejan un "tufillo" de trampa encubierta para justificar el malinchismo gubernamental.

Lo que el Gobierno tendenciosamente no comenta, es la precaria condición en que se ofrecen tales contrataciones, en zonas en las que no existe el debido control de seguridad y que se mantienen controladas por los ilegales. Recuerde los casos de médicos asesinados -el último en Durango-, cuyos familiares, protestando, solo han recibido la promesa de "¡aplicar la justicia llegando a las últimas consecuencias!". Trillado.

Habrá que considerar las condiciones de las clínicas o consultorios -cuando existen- en los que deberán atender los médicos; agregue la carencia de los medicamentos, imprescindibles para ofrecer tratamientos adecuados a los enfermos.

Hablar de laboratorios clínicos y más allá, de equipo de gabinete -Rx, ultrasonido, cardiógrafos, etc.-, es vana alusión que anula a especialistas.

Tampoco descartemos que los pacientes y sus familiares comprenden que el médico es el responsable del servicio profesional y, al aceptar las condiciones paupérrimas, adquiere la total responsabilidad.

La consecuencia es la ineficiencia y quedar expuesto a la acusación de cometer negligencia médica, haciéndose acreedor a las penalidades previstas en la ley y, tal vez, a la agresión de los familiares dolientes -repetidas en casos graves y de muerte-.

En todos los casos, un sueldo raquítico, que puede llegar a ser de $250.00 diarios, insuficientes para que el médico aventurero cubra sus responsabilidades familiares, incluidos casa, comida y sustento. El pago es menor al devengado por una doméstica.

Habría que agregar las sospechas de las finalidades ocultas del acuerdo entre países, que han recibido acusaciones de intereses políticos y económicos para ayudar a la isla paliando su estado de miseria.

También considere los del tipo doctrinal a los que serán sometidas las poblaciones donde los médicos -sin demostración legal ante México- penetren y profundicen en la relación social y... ¿profesional?

Los rumores señalan de que muchos o algunos de ellos no tienen argumentos documentales para demostrar el grado de especialidad que sustentan; pseudomédicos que fueron avalados, irresponsablemente, por las autoridades mexicanas.

De cualquier manera, los extranjeros habrán de soportar las deficientes condiciones; lo harán por paliar las necesidades de familiares que han dejado en la isla y luego por su propio beneficio, cuando por mal pagados que estén asegurarán las tres comidas y hospedaje, en un ambiente de pobreza, pero con libertad limitada. Ellos serán estrechamente vigilados ante el razonable temor de escape.

Queda como grave señalamiento al gobierno populista, la injusticia cometida contra mexicanos: a profesionistas y sus dependientes, quedando abierta la inseguridad del tipo de atención médica que los caribeños puedan ofrecerle al pueblo.

¿Qué le parece?

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Escrito en: Diálogo médicos, México, condiciones, isla

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