Lo que menos necesita Durango es más división

El Congreso del Estado logró ganar más tiempo para postergar la discusión del matrimonio, un tema que deberá someterse a votación de manera ineludible en algún momento pero que, a pesar del avance nacional que existe en la legislación, en Durango sigue generando una fuerte polarización de quienes se oponen y quienes lo respaldan.

De por sí se viven tiempos en los que los principales actores políticos se han dedicado a dividir el país entre pobres y "fifís", liberales y conservadores o aliados y opositores. Ahí radica la importancia de que puedan alcanzarse consensos para evitar que se los ánimos se calienten de manera innecesaria a la hora de la votación, ya sea con tendencia a favor o en contra.

El INEGI define la orientación sexual como "la capacidad que tiene una persona de sentirse atraída, romántica o sexualmente hacia mujeres, hombres, personas de ambos sexos u otros; o de no sentirse atraída. Los grupos de defensa de la familia, mayormente vinculados a la Iglesia Católica, han sido claros en manifestar que no se oponen a las preferencias de ningún tipo de las personas, sino al "uso" del término matrimonio para unir a dos personas del mismo sexo.

Su argumento se centra en que el matrimonio se concibe como una institución jurídica que, en su esencia tuvo como propósito la procreación; por lo que se entendía que era entre un hombre y una mujer. De ahí el origen etimológico de la palabra "matrix" o matriz.

Con el paso del tiempo, la diversidad sexual fue considerando que si el matrimonio está establecido como un derecho en las leyes mexicanas, debe ser para todos los ciudadanos y no sólo para quienes se identifican como hombre y mujer para unirse. Iniciando así una pugna que, en el caso de Durango, ha involucrado a cuatro Legislaturas que de alguna u otra manera han eludido discutir si puede reformarse el Código Civil para que cualquier pareja contraiga matrimonio independiente de su género. Hasta este día, cerca de medio centenar de parejas lo han conseguido mediante juicio de amparo.

Por su parte, los grupos de la diversidad sexual han sido tajantes en referir que el tema de centra en la igualdad de derechos entre los mexicanos, así como tienen las mismas obligaciones. De sobra está referir la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia y la postura de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en torno a este tema.

Pero en el caso de Durango existen sectores que están en medio de las dos posturas y que se han mostrado preocupados por la radicalización del tema del matrimonio igualitario (aunque hay quienes dicen que el término igualitario es incorrecto), pues así como los grupos de la diversidad sexual han convocado a hacerse presentes durante la sesión del Pleno, así lo han externado también los grupos pro-familia para seguir haciendo vigente su postura en contra de la reforma.

Lo que sí es un hecho es que la diversidad sexual, por muy monoritario que sea, ocupa un lugar muy importante en la sociedad. La última Encuesta en la materia publicada por el INEGI exhibió que el 7.1 por ciento de la población de de Durango se identifica con las siglas LGBTIQ+, equivalentes a casi 97 mil peralnas; situando además a la entidad en los primeros lugares del país con mayor porcentaje de población que se admite dentro de la diversidad sexual.

En esta columna no pretendemos exponer una postura en algún sentido, simplemente ser claros en que la tendencia en que se vote el dictamen ya emitido en el Congreso del Estado dejará molesto e insatisfecho a alguna parte de la sociedad; el problema radica también en que entre más tiempo se postergue dicha discusión, más se irá "calentando" el tema con el consecuente encono que de por sí ya es palpable.