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Menos ruido y más organización

Desde la frontera

Menos ruido  y más organización

Menos ruido y más organización

ROMEN GARCÍA ARTEAGA

La votación para elegir a los y las representantes de Morena rumbo al Congreso Nacional del partido fue calificada por el Presidente como "una buena jornada democrática". Sin duda, lograr la participación de dos millones y medio de personas en un proceso de elección interno es un hito. Pero las condiciones en las que se llevó a cabo la votación, con el tradicional acarreo, la quema de urnas, peleas y disturbios en toda la geografía nacional; mancharon la jornada de elección interna.

En casi todas las entidades proliferan y siguen denunciándose irregularidades en el proceso de votación. Durango no pudo ser menos. Margarita Valdez, Cynthia Mont, Danielo Hernández y Betzabé Martínez parecen haber sido los principales damnificados de la mala praxis que lleva tiempo haciéndose costumbre dentro del partido guinda. Fuentes internas consultadas reconocen que cuatro de los cuadros más reconocibles de Morena en la entidad se quedaron fuera en buena medida por los esfuerzos del hombre que ha hundido el partido en Durango: Otniel García Navarro. Que su asistente -un perfil desconocido- haya resultado la más votada en la capital, por encima de una senadora y una regidora es muestra del tamaño del escándalo comandado por Otniel.

Morena debió haber tenido más cuidado a la hora de elegir qué personas ostentaban cargos de responsabilidad dentro del partido. Ahora bien, una vez infiltradas en el movimiento personas que no llegaron para beneficiar al partido sino para beneficiarse de él, es necesario corregir el rumbo de la organización y limpiar Morena de la vieja política que carcome el partido, las instituciones democráticas y el propio país.

El Movimiento de Regeneración Nacional verdaderamente abrió un nuevo ciclo político en el país y ha conseguido en pocos años anular la estructura del todopoderoso PRI y gobernar frente a una oposición desarticulada que encuentra en los medios de comunicación mejores voceros que en el Parlamento. La victoria de Andrés Manuel en 2018 y las posteriores elecciones en las que Morena ha seguido ampliando su esfera de influencia, gobernando ya dos tercios de las entidades de la República, hablan del gran éxito del partido guinda -y en particular del Presidente- como máquina electoral. Pero la arena electoral es efímera y cambiante y prolongar la estancia de Morena en las principales instituciones gubernamentales requiere de una gran organización más allá de López Obrador.

Bien saben los gobiernos transformadores que en las últimas décadas han ganado elecciones en América Latina que llegar al gobierno no es llegar al poder. Los poderes mediáticos, económicos, judiciales, militares y otras grandes cúpulas de la oligarquía siguen operando para tumbar en la siguiente ocasión al gobierno de López Obrador en México y a cualquiera que tenga una ideología progresista en Latinoamérica como en el resto del mundo. Para enfrentarse a una máquina del poder bien engrasada que funciona por inercia desde hace décadas (si no siglos), no basta con un presidente carismático ni con gobiernos asistenciales. Hace falta un partido bien estructurado, con dirigentes honestos, cuadros formados y militantes concientizados.

La elección de este fin de semana en Morena debería ser un punto de inflexión para que quienes buscan profundizar en la 4T se centren en lo importante: menos ruido y más organización.

Escrito en: Desde la frontera Morena, partido, elección, personas

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