Municipios en la quiebra
El caos financiero somete prácticamente a todo el territorio duranguense. El recurso de las participaciones federales que el gobierno estatal debió distribuir en tiempo y forma no ha sido dispersado en su totalidad, provocando con ello que en los 39 municipios del estado se enfrenten serios problemas de liquidez para poder cumplir con los compromisos, faltando unas cuantas semanas para que concluyan los respectivos periodos trienales.
Los presidentes municipales se sienten abrumados pues se les complica concluir su gestión de manera decorosa; se sienten frustrados al tener buenas intenciones pero la realidad los quebranta al limitarlos en el cumplimiento de pago a sus proveedores. Ha sido la Secretaría de Finanzas y de Administración del Gobierno del Estado la que en el último trayecto de la administración aispurista se ha visto inmersa en el ojo del huracán por este misterioso desfase.
Ya son dos las ocasiones en las que alcaldes de cuando menos la mitad de las municipalidades se hacen presentes por Durango capital, propiamente en las instalaciones de la dependencia en banquillo de los acusados, para hacer la respectiva cobranza ante el secretario de Finanzas, Arturo Díaz Medina, quien no ha sabido cómo dar respuesta favorable más que promesas de pago que no se cumplen, y en otros casos algunos parcos abonos que no han alcanzado para tapar los boquetes abiertos debido a la morosidad.
La situación es realmente muy grave y no se ve una pronta solución. Finanzas hace promesas de pago pero ha incumplido casi todas; por ejemplo, en el caso de Pánuco de Coronado se deben más de 4 millones de pesos. La última vez que el funcionario estatal le dio la cara al presidente municipal, Mauricio Gándara, le prometió ponerse a mano el pasado 11 de julio; empero y desde entonces, ni ha cumplido y ni ha vuelto a recibirlo.
Al municipio de Canelas, debido a la dilación en el reparto de participaciones federales se le debe 1 millón 600 mil pesos; sin embargo, por otros rubros y fondos pendientes, se acumula en total un adeudo de 3 millones 200 mil pesos. De igual manera, como respuesta el alcalde Juan Carlos Ruíz Díaz ha recibido solo promesas y posibles fechas de pagos, sin que estas se concreten.
Caso aparte es el de Tamazula, al que se le deben más de 20 millones de pesos, una parte por concepto del Fondo de Infraestructura que suma alrededor de 15 millones, mientras el resto son adeudos de participaciones federales y otros fondos pendientes del IEPS así como de recuperación del predial. La preocupación es la misma, y es cerrar la administración heredando finanzas insanas y endeudamiento.
Situaciones más alarmantes se enfrentan en las municipalidades más grandes, como la de Gómez Palacio, cuya administración se encuentra paralizada debido a la quiebra causada por la omisión de la Secretaría de Finanzas, en lo que respecta al depósito de participaciones que a la fecha ya ascienden a 162.4 millones de pesos desde el pasado mes de febrero, lo que complica la solvencia del gobierno municipal y su capacidad para hacer frente a compromisos como pago de nómina, proveedores, servicios y demás pendientes.
Al municipio de Durango el monto que se le adeuda supera los del resto de los municipios, ya que el gobierno del estado se ha retrasado en pagarle 510 millones de pesos. Aquí, prácticamente durante todo el trienio las participaciones jamás llegaron de manera puntual, manteniendo en zozobra los tres años completos a la administración que encabeza Jorge Salum del Palacio, aun cuando el Cabildo en pleno hizo los exhortos a Díaz Medina pero no han tenido respuesta.
EN LA BALANZA.- La justificación de la Secretaría de Finanzas es que la Federación no envía las participaciones. Por su lado, tanto la Secretaría de Hacienda como el mismo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, afirman que se entregan sin excusa ni pretexto en tiempo y forma, infiriendo además a los próximos mandatarios que si hay indicios de malversación de fondos por parte de administraciones pasadas, deberán reunir las pruebas y proceder con las denuncias ante las autoridades competentes. Mientras tanto, jugando con esa 'bolita' sin que sepamos dónde quedó realmente escondida, los municipios fenecen por ahorcamiento financiero.
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