No seas víctima de estafa inmobiliaria

Comprar una vivienda es algo único que, muchas veces provoca tanta emoción que terminan por aceptar cualquier oferta que les parece atractiva sin detenerse a pensar que podría tratarse de una estafa.

Hay señales que ayudan a identificar un posible fraude. Un ejemplo son los anuncios con poca información sobre el inmueble, no poder comunicarse con el vendedor vía telefónica (sino por correo electrónico o Whatsapp), no poder localizar las oficinas del desarrollador o de la inmobiliaria o que el vendedor ponga condicionantes previas al contrato.

Uno de los fraudes inmobiliarios más frecuentes consiste en solicitar dinero por adelantado a los posibles compradores de una vivienda. "Este tipo de estafa consiste en pedir pagos anticipados sin que exista una garantía del inmueble. Una persona física o una inmobiliaria fantasma pueden obtener dinero sin mostrar el inmueble al interesado. Al final, dará largas a la entrega de la propiedad y desaparecerá con el enganche que se le pagó", advierte Daniel Narváez Sánchez, vicepresidente de mercadotecnia del portal Lamudi México.

Por lo general, se les pide un depósito que puede ir desde algunos miles de pesos hasta el 10% del valor de la supuesta propiedad, sin que se haya hecho un trato formal. Tampoco se deben compartir datos confidenciales de la cuenta o tarjeta de débito con el fin de corroborar el estatus bancario, ya que pueden robarse la identidad y cometer algún fraude electrónico. "Asimismo, hay que evitar a toda costa dar aportaciones en efectivo porque no son rastreables, no hay comprobantes y se pueden prestar a malos entendidos. Lo ideal siempre será pagar a través de cheque o transferencia cuando se tenga un contrato de compraventa o, bien, que se firme de recibido por dicho anticipo", aconseja Roberto Esses Gritzewsky.