¿AMLO va a Sinaloa a repartir abrazos?
La visita de Andrés Manuel López Obrador -hoy viernes- a Sinaloa, puede tener muchas lecturas que necesariamente tienen que ver con la ola de violencia en varias regiones del país que el Presidente ignoró y minimizó durante seis años.
Aunque el motivo oficial es una visita al municipio de Rosario a inaugurar los canales de riego de la presa Santa María y luego una reunión en Mazatlán con motivo del Día Internacional del Turismo, la realidad es que la presencia de AMLO en Sinaloa tras más de 15 días de violencia desbordada debe tener un doble propósito de cara al cambio de poder el próximo martes.
Queda claro que López Obrador tuvo que adelantar su última gira para tratar de calmar a la opinión pública tras la ruptura del Cartel de Sinaloa, que ya está provocando serias afectaciones económicas no solo en el tema turismo, sino en el comercial y de exportaciones.
López Obrador ha evitado hablar en la mañanera del tema de la violencia en Culiacán debido a que se le ha acusado internacionalmente de tener simpatías por las familias que dirigían el Cartel de Sinaloa y, cuando lo ha hecho, ha sido para culpar a Estados Unidos de la ola de violencia por la captura de “El Mayo” Zambada.
Incluso está planeado que AMLO duerma hoy en el famoso hotel El Cid, para mañana sábado continuar su gira por Nayarit, por lo que hay un fuerte dispositivo militar en estos momentos en la Zona Dorada de Mazatlán ante el temor de que la violencia que ha ocurrido en otros municipios aledaños se pudiera extender al puerto.
Fuentes extraoficiales aseguran que López Obrador busca tener un encuentro privado con el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, quien ha perdido totalmente el control de la situación y ha provocado que sea abucheado hasta en el Congreso del Estado, para tratar de encontrar una solución que no empañe la toma de protesta de Claudia Sheinbaum.
Obviamente, AMLO no se va a acercar a Culiacán, pues sabe que no será bien recibido por la sociedad civil que le exige retomar el control de las calles tras una quincena de terror que ha dejado más de 70 muertos y 150 desaparecidos, además del cierre de miles de negocios y pérdidas económicas millonarias.
¿Será que AMLO va a Sinaloa a repartir abrazos para tratar de calmar a los dos grupos antagónicos?, ¿será que la visita del todavía Presidente será para presionar a Rocha Moya para que ponga orden en Culiacán?, ¿será que el Ejército Mexicano tenía razón cuando dijo que todo se calmará cuando el crimen organizado quiera porque ellos no pueden hacerlo?
Los narcobloqueos ocurridos ayer en las dos vías que comunican a Durango y Mazatlán tuvieron un fuerte impacto económico en grandes empresas del norte del país que tienen en esa rúa un camino más rápido al Pacífico. Por más que AMLO buscó dejar el poder en medio de un ambiente de fiesta a pesar de los catastróficos resultados que deja en salud, economía y seguridad, la realidad lo alcanzó a unos días de dejar la Presidencia.