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El sentido de la vida

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VANESSA BARDÁN PUENTE

Históricamente, la zanahoria ha sido un fiel aliado del humano para domesticar al caballo. Con un manojo repleto de estos vegetales, las personas han podido entrenar a los equinos o echarlos a andar, se les muestra como un incentivo que obtienen como recompensa cuando realizan bien un trabajo.

Pero, ¿qué pasa cuando a los seres humanos se nos acaban las zanahorias y ya no sabemos para donde movernos?.... ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Qué hago con mi vida? ¿Cuál es el sentido de mi vida? ¿Por qué nunca soy feliz? ¿Para qué vivo? ¿Qué hago yo en este mundo? ¿Quién soy realmente? ¿Existe vida después de la muerte?...

Ese tipo de preguntas solemos hacernos durante una crisis existencial, es un periodo de introspección en el cual nos cuestionamos aspectos que hasta ese momento habíamos dado por sentados o que no nos preocupaban demasiado, generalmente sobre la propia existencia, es decir, cuando aquello que consideramos una certeza que fundamenta nuestras vidas se desvanece; cuando nos enfrentamos a una situación inesperada que compromete todo nuestro ser y para la que no tenemos una respuesta, lo cual genera un intenso estado de desasosiego y angustia.

Una crisis existencial es cualquier sentimiento de inquietud relacionado con el significado de la vida. No le encuentro sentido a la vida...No sé qué haré en el futuro...Las cosas no me llenan como antes...Si estas ideas rondan tu mente desde hace algún tiempo, es probable que estés atravesando una crisis existencial...

Lo bueno de esto, es que puede servirte para cambiar radicalmente la dirección de tu vida haciendo que te plantees nuevos objetivos o, al contrario, puede sumirte en una espiral negativa que te conduzca a una grave depresión.

La crisis existencial, implica un cambio en nuestra identidad, normalmente nos sentimos como si fuésemos otra persona o cambian aspectos importantes en nuestra cosmovisión.

Está profundamente vinculada al proceso de crecimiento y maduración por lo que puede ocurrir en cualquier momento de la vida, excepto en la infancia. De hecho, es habitual durante la juventud, etapa en la que debemos enfrentarnos a cambios muy profundos, aunque también se puede apreciar en la adultez o incluso en la tercera edad.

No obstante, las verdaderas causas de la crisis existencial son mucho más profundas y se deben buscar en: La sensación de estar solo y aislado en el mundo, la comprensión del verdadero alcance de la mortalidad, no hallar un propósito para la vida, la toma de conciencia de los propios límites o no sentirse satisfecho con lo que se ha logrado hasta el momento.

Cada persona es un mundo y no todas experimentan la crisis existencial de la misma manera, algunos pueden vivirla por un periodo de tiempo muy limitado mientras que otras atraviesan un periodo de crisis mucho más largo, intenso y desestabilizador, desarrollando una perspectiva negativa de sí mismo, del mundo y del futuro. Desesperanza, sentimientos de indefensión, depresión profunda o Ideas suicidas.

Fue durante tres años, que Victor Frankl experimentó una realidad estremecedora, siendo enviado a varios campos de concentración, incluyendo el de Auschwitz, Sobrevivió al Holocausto, sin embargo su familia no tuvo la misma fortuna, lo que Frankl vivió durante aquellos años tuvo que ser espantoso, pero pese al terror y el sufrimiento, salió adelante, su estremecedora experiencia le llevó a escribir el libro "El hombre en busca de sentido", uno de los diez libros que más ha influido a los lectores alrededor del mundo, es uno de los referentes más relevantes de la psicología del siglo XX.

Una de sus principales contribuciones es la Logoterapia, la cual propone que la voluntad de sentido es la motivación primaria del ser humano.

La terrible experiencia vivida como prisionero en los campos de exterminio nazis fue precisamente lo que llevó a confirmar sus teorías sobre el sentido de la vida. Los sueños matan el miedo y la sabiduría mata el enojo, el sentido de la vida según Viktor Frankl reside en encontrar un propósito. Si tenemos un "por qué", siempre encontraremos un "cómo".

Años más tarde, cuando los pacientes acudían a su consulta, presas del dolor o la tristeza, Frankl solía preguntarles: "¿Y usted por qué no se suicida?". Los pacientes solían responder que lo único que les mantenía con vida eran sus hijos, su pareja o ciertos recuerdos...

Estas hebras de vida eran la base sobre las que Viktor Frankl empezaba a construir un tejido emocional coherente y sólido que permitiera a esas personas encontrar el propósito de sus vidas.

La resiliencia reside en cómo me vínculo con lo que me pasa: ¿es sanador, potenciador o destructor?. Soy un ser de pura elección: "Las ruinas son a menudo las que abren las ventanas para ver el cielo"...

Escrito en: Cariñoterapia crisis, sentido, vida, Frankl

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