Culpar al otro
"La búsqueda de un chivo expiatorio es la más fácil de todas las expediciones de cacería".
Dwight D. Eisenhower
Para el presidente López Obrador la culpa es siempre de otro. Se ha pasado el sexenio responsabilizando a Felipe Calderón de los problemas de seguridad que él no ha podido resolver. De la violencia en Sinaloa en las últimas semanas, responsabilizó primero a los medios, por magnificar una situación que dijo que no era preocupante, pero en los últimos días ha acusado al gobierno de Estados Unidos.
Este 19 de septiembre, efectivamente, afirmó que Estados Unidos es corresponsable de la violencia que vive Sinaloa por haber llevado a cabo el "operativo" en el que fue detenido Ismael "El Mayo" Zambada: "No se puede actuar así -dijo--, sin tomar en cuenta al gobierno de México, o sea, no puede haber una relación de cooperación cuando se toman medidas unilaterales, no puede aceptarse eso".
Según AMLO, "Hubo un arreglo, y debido a ese arreglo, que todavía no conocemos en qué consistió, en qué condiciones se dio el arreglo, nos produjo a nosotros en Sinaloa la confrontación que se está dando, que espero, porque estamos actuando, que pronto se regrese a la normalidad".
Por lo menos el presidente ya reconoce la confrontación. Dos días antes había dicho: "La noticia acerca de Sinaloa está envuelta en una propaganda de mentiras, sensacionalismo, alarma e inducir miedo a la población, todo esto promovido por nuestros adversarios. Es una campaña que intenta desprestigiar al gobierno que represento y a mi persona". El pueblo de Sinaloa debía estar tranquilo, dijo, porque "estamos dándole seguimiento al problema", "estamos actuando de manera profesional, responsable", "hay elementos de las fuerzas armadas en Sinaloa que tienen como misión, primero, y es lo más importante, proteger a la población civil, a todos los ciudadanos, y evitar que se enfrenten los grupos que están en pugna".
Reconocer la violencia en Sinaloa no lo ha llevado a aceptar la responsabilidad de su gobierno. Prefiere culpar a Estados Unidos: "Las potencias están acostumbrad[a]s, los poderes hegemónicos nacionales y extranjeros, a someter a las autoridades y lo que buscan, lo ideal, es que tengan gobierno títeres, peleles, o cuando menos que sean gobiernos débiles, que no tengan apoyo de sus pueblos, que no tengan legitimidad y que no tengan autoridad moral, que no sean honestos, porque de esa manera se imponen". Además, todo es resultado de ataques contra su persona: "Las agencias, de manera especial la DEA, es la principal fuente de información en las campañas en mi contra".
El gobierno estadounidense niega haber participado en el aparente secuestro del Mayo y su trasladado a Texas, donde fue detenido; pero aun suponiendo que lo hubiera hecho, la responsabilidad de la violencia en Sinaloa seguiría correspondiendo a los gobiernos mexicanos que permitieron que el Mayo y los Chapitos tomaran control de Sinaloa y no a las autoridades estadounidenses porque salieron con "el cuento de que la ley es la ley" y detuvieron a un criminal. Hoy, en la ausencia del Mayo y de Joaquín Guzmán López, se ha desatado una confrontación en Sinaloa, pero el gobierno de México debió haber neutralizado esas bandas desde hace mucho tiempo.
Los políticos estadounidenses también caen en esa fácil tentación de culpar a los demás de sus problemas. Responsabilizan a México, por ejemplo, del tráfico de drogas, sin aceptar que hay bandas que operan impunemente en territorio estadounidense. Que López Obrador no sea el único, sin embargo, no justifica que a días de terminar su mandato siga responsabilizando de todas sus faltas a Calderón, a los medios o a los gringos.
PÉTREOS
La Sedena ha recibido permiso para talar 220 hectáreas que se suman a las 767 antes destruidas para el Tren Maya. Se pondrán en esas zonas cuatro nuevos bancos de extracción de pétreos. Olvida el gobierno que ordenó el cierre de la terminal de Calica en Quintana Roo por el pecado de extraer y exportar pétreos. En México se aplican unas reglas al gobierno y otras a todos los demás.
www.sergiosarmiento.com