Recomponer narrativa de la 4T, reto de Claudia Sheinbaum
La llegada de Claudia Sheinbaum Pardo a la Presidencia de los Estados Unidos Mexicanos marca un hito histórico al ser la primera mujer en ocupar el cargo; sin embargo, más allá de cuestiones de género su administración deberá enfrentar desafíos enormes que, dependiendo del sentido en que se afronten, habrán de definir el rumbo del país.
Sin duda, uno de los principales objetivos será mantener la continuidad de la Cuarta Transformación iniciada por Andrés Manuel López Obrador; no obstante, el modelo político con que este reto se encare tendrá que desapegarse del discurso romantizado, haciendo de manera objetiva los ajustes necesarios en torno a los errores que marcaron a la administración obradorista.
Aun cuando ciertamente se espera que Claudia Sheinbaum siga con las políticas clave de su antecesor, como la consolidación de la Guardia Nacional y la expansión de programas sociales, en contraparte deberá hacer frente a la presión de marcar distancia en algunas estrategias fallidas, especialmente en materia de seguridad y derechos humanos.
Hoy por hoy, el crimen organizado sigue siendo un problema crítico en México. Tras el sofisma de una política de seguridad de "abrazos, y no balazos", la realidad es que Claudia Sheinbaum hereda un país que registra tasas alarmantes de homicidios y desapariciones forzadas, con una impunidad que alcanza preocupantes niveles del 99 por ciento.
En ese contexto de violencia, inseguridad e impunidad, como ocurre a últimas fechas en el estado de Sinaloa, la primera presidenta de México está obligada a implementar nuevas y efectivas estrategias para enfrentar de manera contundente a los cárteles de la droga. Es imperante que se reduzcan las cifras de homicidios, además de cumplir las promesas de campaña de implementar una política de cero impunidad.
Otro reto importante es la creciente militarización en la vida civil. La gestión de AMLO dejó en manos del Ejército la administración de aeropuertos, sistemas ferroviarios y, por supuesto, la seguridad del país. Si bien Sheinbaum ha manifestado su apoyo a la Guardia Nacional, deberá equilibrar la presencia militar con los reclamos de organizaciones civiles, garantizando que no se comprometan las garantías democráticas ni se violenten los derechos humanos.
Claudia enfrentará además el desafío de liderar un país profundamente polarizado, donde su capacidad para negociar con la oposición y llevar a cabo reformas será puesta a prueba. Y es que la reforma al Poder Judicial para elegir a los magistrados de la Suprema Corte por voto popular ha dejado tras de ella una estela que divide la opinión pública y confronta a la sociedad.
En resumen, el mandato de Claudia Sheinbaum estará marcado por la necesidad de reinventar la narrativa de la Cuarta Transformación y enfrentar los retos que el país arrastra. Su capacidad para equilibrar la continuidad de las políticas sociales y económicas con la innovación en áreas como la seguridad y la justicia determinará el éxito de su gestión, en un México que exige respuestas inmediatas y eficaces.
EN LA BALANZA.- Continúa pendiente la reunión entre gobernadores de Durango y Sinaloa para tratar el tema de inseguridad y violencia, el que ya comienza a causar estragos en territorio duranguense según lo ocurrido el pasado fin de semana en la supercarretera a Mazatlán, y poblaciones adjuntas a la rúa. De acuerdo con lo declarado el propio gobernador Esteban Villegas, ha sido su homólogo, Rubén Rocha Moya, el que ha postergado el encuentro y no ha dado nueva fecha.
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