
¡Aprieta un poco!
Cuántos no nos sentimos como aquel vaquero del chiste, que estando ya en el cadalso y con la cuerda en el cuello le pregunta el verdugo: ¿cuál es su último deseo? Y contesta: ¿podría usted aflojar la soga un poco?, porque me aprieta.
Las noticias diarias, las redes, los medios y las opiniones de columnistas (bueno, hasta los anuncios en nuestro programa de tele favorito) suman a que nuestro cerebro esté estresado y alojemos pensamientos extraños al ver un malacate subiendo un piano al piso 3 de nuestro edificio , suspirando que nos caiga encima.
Y no es para menos: en México, los datos nos hacen percibir un temblor en ciernes; los consumidores ya no tienen confianza. Esta ha disminuído, según INEGI, en 0.3% en septiembre; la inversión privada, que es el 85% del total, anda de capa caída con -7% en el año. Y la perspectiva de crecimiento económico, durante este año en curso, festinamos que llegará hasta 0.5% ( nada qué presumir) y solo si le echamos ganas en este último trimestre, pues en septiembre, se reportó un crecimiento de 0.2% de acuerdo a la publicación de INEGI.
En empleo no cantamos mal las rancheras: el lunes, el Director del IMSS comunicó en la conferencia de la mañana que se llevan generados 400 mil empleos formales de enero a octubre y que vamos súper bien. ¿Cómo? si necesitamos al menos 1 millon a este mes, y el plan federal es generar 1.5 millón de empleos en las manufacturas (y en ese sector hemos caído en 20 mil registros). Tampoco nada qué presumir.
Y con nuestro amigou Trump, que ya le bajó a su tasa de interes federal hasta 4% y nosotros, pos a seguirlo, y el jueves llegaremos a 7.5%, acercándonos cada vez, peligrosamente, a igualarlo y perder, aún más competitividad para las inversiones extranjeras.
Nuestras "remesitas" nos producen una sonrisa, pues apoyan al consumo, aunque ya en el año llevamos menos que el 2024, -2.7%, dice el Banco de México, y si le quitamos la inflación y la apreciación del peso, pues sería igual a -11%; o sea, menos pesos y menor poder de compra. Nuestros aguerridos compatriotas en el extranjero están siendo acotados con redadas y trámites para hacer transferencias, y aun así nos apoyan. Son unos héroes. Muchas gracias, desde esta humilde columna..
¿Cómo podríamos convencer al verdugo que le afloje tantito a la cuerda? Primero, con meditación trascendental, pensar que nos espera un gran futuro, y concentrarse en las finales del futbol mexicano (solución complicada, pero no imposible); después con una fijación de llevar a cabo una buena negociación con nuestros socios del T-MEC, acordándonos que sin T-MEC no hay país (no solo sin maíz). Continuar siendo consecuentes, no complacientes, con las demandas de seguridad de nuestro vecino; ellos tienen la sartén por el mango (a Cuba, solo a degustar ron pero sin petróleo). Y lo más importante: pensar en nuestra industria, en especial las pequeñas y medianas empresas, hoy bocabajeadas, en la informalidad, sin créditos, sin competitividad, sin innovación y, peor, sin certeza jurídica en el futuro.
Si arreglamos esto, nuesto estrés bajará de seguro y nuestros descendientes de la generación ZZ ( los que nacieron en el 2015 para arriba) lo agradecerán.
Ahí disculpen tanto dato.
Ánimo.