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Mezclas de sabor

Agencias

El hecho de que ya Virgilio, el poeta amigo de Augusto que tuvo que escribir La Eneida sin tener la más mínima gana de hacerlo, hablara de las fresas es, seguramente, una de las causas de que los europeos ignoren que la mayor parte de las fresas que comen hoy, que son fresones, no son originarias de Europa, sino de América, dato desconocido.

En Europa había fresas en tiempos de Virgilio. Fresas de bosque, diminutas. Todavía las hay; pocas, pero las hay. Su aroma y sabor son incomparables. Hay, también, fresas de jardín, fresas propiamente dichas. Escasas, pequeñas, caras. Mucha gente ni siquiera las ha probado jamás.

Están muy ricas con leche, también azucarada, pero dejando que las fresas, una vez lavadas y troceadas, maceren un par de horas como mínimo en la leche; las fresas quedan muy bien, pero beberse la leche dulce con sabor a fresa al final es un placer de dioses. También se combinan las fresas con helado, normalmente de vainilla y con vino; con champaña son un clásico agre, que potencia el aroma y que son para esa ocasión especial.

Escrito en: fresas, sabor, aroma, hecho

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