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¿Chatarra espacial?

El Comentario de Hoy

FRANCISCO AMPARÁN

Amigos, buen día: Ya sabemos que los antiguos mayas eran re buenos para andar vaticinando sucesos que ocurrirían en el futuro, especialmente el fin del mundo. Que no fueran capaces de adivinar que ellos mismos se iban a extinguir no parece quitarle mérito a sus profecías... si es que las hicieron, porque al parecer todo el ruido apocalíptico se trata de una mala lectura de una estela desportillada. El caso es que de un tiempo a esta parte, está de moda hablar de un Apocalipsis cada vez más cercano.

Y por supuesto, ya puestos a esperar la caducidad del planeta, no resulta ocioso especular cómo se dará el telonazo.

Si de cierre definitivo de temporada se trata, se debe esperar que el suceso sea espectacular. Mínimo, que parezca producido por James Cameron. Cualquier otra cosa sería demasiado chafa y decepcionante.

Así, el cambio climático como factor definitivo no goza del favor del respetable, dado que los congelamientos y sequías no resultan muy estremecedores. Acabar achicharrada de calor o hecha paleta no parece un digno final para una especie tan depredadora y merecedora de la extinción como la humana.

Al parecer, la forma de acabar el mundo más aceptada y que tiene la aprobación de una mayoría de la gente, es la del choque de un meteorito con la Tierra. La lógica detrás de esa opinión es que, si un fenómeno de ese tipo acabó con los dinosaurios hace 65 millones de años, quizá algo semejante sea capaz de extinguir al PRI. Aunque yo no le haría mucha confianza al asunto. Ulises Ruiz y Mario Marín, a mi parecer, son inmortales. Si la desvergüenza, la rapacidad y el cinismo crean concha, a ésos no les hace daño nada.

Ahora bien, se supone que el cósmico guamazo será en el 2012. Por ello algunos supusieron que el objeto celeste que en teoría cayó el jueves entre Puebla e Hidalgo era una especie de ensayo general de lo que nos espera.

Efectivamente: hace unos días los noticieros y periódicos se llenaron con versiones de que un meteorito había caído en plena sierra, cerca de Tulancingo. Como ese pueblo tiene fama de estar habitado por gente muy bebedora, y ni Jaime Maussán encontró cráter alguno, muchos supusieron que todo había sido una alucinación. Sin embargo, sobra gente que asegura haber escuchado el estruendo y sentido el temblor producido por el meteoro al tener el poco sentido común de venir a dar por acá.

Un científico de la UNAM asegura que se trata de los restos de un satélite ruso, que refrendó lo chafa de su industria deshaciéndose en plena órbita. El problema con esa versión es que para ser chatarra resultó demasiado ruidosa.

Hasta este momento se sigue sin saber qué rayos ocurrió el jueves. Lo interesante es que la noticia pasó de moda con enorme rapidez... lo que dice horrores de en dónde están los intereses y preocupaciones de los pueblos de Anáhuac.

Éste, amigos, éste es nuestro país. Que tengan un buen día.

Escrito en: producido, esperar, supusieron, meteorito

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