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Labor satisfactoria

Citlalli Sánchez Balbuena

La Escuela Superior de Música de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED) se encuentra de manteles largos, pues en breve cumplirá cincuenta años al servicio de la sociedad y, sobre todo, de la cultura.

Dicha institución data del año de 1954, según los propios archivos que albergan sus actuales instalaciones, en aquellos tiempos José Estrada Chávez, entonces presidente del Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), manifestó su inquietud al líder de los priístas a nivel nacional, Gabriel Leyva Velásquez, de la necesidad de tener una escuela de música en la entidad, como una labor de partido.

Tras algunas gestiones respaldadas por el gobernador del Estado, Enrique Torres Sánchez, y la intervención del profesor Enrique W. Sánchez, se invitó al maestro Alfredo González Flores a que encabezara el proyecto. Fue así como el día 5 de marzo del citado año nació la llamada Escuela Superior de Música del Instituto Juárez.

SUS INICIOS

Al principio las clases eran impartidas en las aulas del Instituto Juárez y sus primeros maestros fueron Luis de la Rosa, Luz María Piña Favela en canto y Santiago Urbina con el violín.

En los siguientes dos años se añadieron otros tantos catedráticos, entre ellos el guitarrista Rosalío Salas Ceniceros, quien aún comparte sus conocimientos en dicha institución.

El propio “Chalío”, como le dicen cariñosamente, da testimonio de los pormenores soportados para llegar a este 2004. Manifiesta que en poco tiempo la demanda de los servicios de la escuela rebasó las instalaciones, pues albergaba a cerca de 200 personas.

Por tal motivo fueron trasladados a la calle de Pino Suárez número 802 poniente, propiedad comprada por la Universidad. Permanecieron en ese sitio hasta el 15 de agosto de 1960, fecha en que se mudaron al edificio que antes pertenecía a la Escuela Normal del Estado. Éste se encontraba en las calles de Negrete y Bruno Martínez.

El músico señala que con el crecimiento demográfico natural de la ciudad, resultaba imposible dar clases en la Zona Centro porque era demasiado ruido por el tráfico y ciertas señoras tomaban las instalaciones como guardería.

Con el arribo del rector Juan Francisco Salazar, y después de escuchar la solicitud de Rosalío, en septiembre de 1993 les ceden su actual inmueble ubicado en Circuito Universitario esquina con bulevar Armando del Castillo Franco sin número, el cual albergó en antaño a la Facultad de Veterinaria.

ASOCIACIÓN HERMANA

Hablar de la Escuela Superior de Música conlleva, sin duda alguna, a recordar la creación de la Orquesta Sinfónica, evento que inclusive celebró la poetisa Olga Arias, quien dejó impresa su admiración y reconocimiento al fundador, pues abandonó una situación privilegiada y artística en la capital del país para regresar a la patria chica.

Salas Ceniceros manifiesta que organizar la Orquesta Sinfónica resultó todo un reto para el maestro Alfredo A. González, quien buscó a “grandes viejos músicos” que conocía de los diferentes conjuntos que tocaban en bailes. Fue por ellos a los sitios más insospechados, los adiestró desde los rudimentos más sencillos y obtuvo un resultado de calidad.

Con 35 músicos en escena el viernes 12 de noviembre de 1954, a las 21:00 horas, se llevó a cabo la presentación de la Orquesta y se mantiene vigente como uno de los principales orgullos de la comunidad duranguense.

EL LEGADO

Con casi medio siglo de existencia, esta institución académica representa el inicio de una verdadera inmersión hacia una cultura musical en los pobladores de Durango.

Rosalío Salas señala que antes de la llegada de Alfredo González Flores y de la constitución de un plantel dedicado a este arte, los habitantes no estaban acostumbrados a escuchar conciertos, pues llevaban comida o bien a los niños para que jugaran y no prestaban atención alguna a los músicos.

Incluso, cuenta que en alguna ocasión una primera dama del estado pretendió utilizar a la Orquesta Sinfónica como conjunto para amenizar su juego de canasta con sus amigas, a lo cual González Flores se rehusó.

En antaño existía un alto empirismo del profesorado encargado del área de educación musical. En el mes de septiembre de 1977 se implementa una carrera con un plan de estudios de cuatro años, con la cual se logra profesionalizar esa área.

Ahora bien, desde el punto de vista de Silvia Olimpia Martínez, catedrática desde hace 40 años de la institución, antes el estudio de la música parecía estar reservado para la clase social alta y personas mayores, situación que ha cambiado notablemente, pues ahora son los jóvenes de todos los estratos socioeconómicos los que se dedican a esta rama.

Además, añadió, un gran porcentaje de los cantantes e instrumentistas existentes en la entidad, muchos de ellos con reconocimiento a nivel nacional como es el caso del guitarrista Mario Vargas, tiene sus cimientos en la Escuela Superior de Música.

IMPORTANTES CARENCIAS

Es indudable que la Escuela Superior de Música es una pieza fundamental en la historia de la cultura en la comunidad y que hasta hoy brinda sus servicios de manera satisfactoria. Pero también es una realidad que esta institución tiene diversas necesidades que, por desgracia, debido a los pocos recursos económicos, no pueden cubrir.

Mario Ernesto Bravo Lozano, director del plantel, manifestó que es apremiante tener instrumentos propios para mejorar el aprendizaje de sus estudiantes, pero esto significaría una inversión de millones de pesos. Por otro lado, lo óptimo es que cada salón de clases tenga un piano y se encuentre aislado de ruidos, que cumpla con las características necesarias de iluminación y ventilación, no obstante, es un proyecto que tardará algún tiempo en consolidarse.

LA INFLUENCIA DEL ARTE

La música forma parte del arte, un aspecto fundamental para armonizar la convivencia de los seres humanos. Dicha opinión la comparten los entrevistados.

“Si hubiera más centros de educación del arte, no sólo de música, sino del arte en general, tendríamos menos alcoholismo, drogadicción, gente ociosa en las calles y mejores políticos. El arte es lo más noble que puede generar el hombre, lo más cercano a lo divino”, declaró Bravo Lozano, palabras que apoyó en su totalidad Rosalío Salas.

Por su parte, Olimpia Martínez, tras reconocer que todavía falta camino por recorrer en cuestión de una cultura musical, dijo que “la música es una base dentro de todos los conocimientos”.

Semillero de artistas

La Escuela Superior de Música imparte diversos cursos libres para niños, adolescentes y adultos, además de la Carrera de Profesor en Educación Musical que consta de ocho semestres.

De acuerdo a datos proporcionados por Mario Ernesto Bravo Lozano, director del plantel, en estos momentos atienden en el turno matutino a 180 alumnos de profesional. Por las tardes reciben aproximadamente 60 menores de edad que se unen a 150 personas inscritos en los diversos talleres.

Imparten clases de guitarra, piano, canto, así como más de 20 instrumentos de orquesta, tienen una planta laboral de 48 académicos, quienes brindan una atención personalizada a sus educandos. Además, contribuyen con la difusión cultural pues tienen tres coros, uno de ellos el Fanny Anitúa, el grupo de jazz “Cactus”, entre muchos otros que atienden de 100 a 90 eventos por año.

Debido a que la ópera es interpretada en otros idiomas, como el italiano y el alemán, los estudiantes deben cursar estas materias.

En poco tiempo esperan ofertar nuevas carreras a nivel medio, como canto, piano, guitarra y algunos instrumentos de orquesta, como violín, viola, violonchelo, flauta y clarinete.

VANGUARDISTA

Hombre de lucha

Alfredo González Flores, fundador de la Escuela Superior de Música de la UJED, fue un personaje perseverante con sus ideales y dejó huella en la historia

- Nació en 1910 en Pasaje, Durango, a 8 km de Cuencamé

- Considerado como el primer trombonista de México

- Participó en algunos conciertos con Silvestre Revueltas

- Estudió Dirección de Orquesta en el Conservatorio Nacional de México

- En 1939 musicalizaba las funciones de cine en el Teatro Victoria

- En la década de los 40 fue contratado por una empresa refresquera internacional y hace el primer jingle de la misma

- Pugnó por la reivindicación del músico y organizó sindicatos en esta área

- Organiza la Orquesta Sinfónica de la UJED

- Autor de la música y texto del himno de la Máxima Casa de Estudios

- Fallece el 11 de septiembre de 1983 a los 79 años de edad

FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.

Escrito en: Escuela, Superior, Música, Orquesta

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