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¡Uff!... qué Kahntada

Destacado | Consiguen merengues buen resultado para el encuentro de vuelta en el Bernabéu

Roberto Carlos

enganchó uno

de sus zapatazos

lejanos que,

inesperadamente,

batió al portero alemán

Munich, Alemania (Agencias).- Un monumental error de Oliver Kahn, para muchos aún el mejor guardameta del mundo, permitió al Real Madrid salir airoso tras un pésimo partido en su “estadio maldito”, el Olímpico de Munich, donde el Bayern lo tuvo todo para sentenciar pero ahora, tras el 1-1, todo se decidirá en el máximo recinto ibérico del balompié, el Santiago Bernabéu.

Corría el minuto 82. El Bayern ganaba por 1-0 cuando había merecido mucho más ante un cuadro de Carlos Queiroz que era casi una caricatura. La afición bávara soñaba con un éxito inesperado y llegó el momento clave del partido.

Roberto Carlos, campeón del mundo en Yokohama ante Kahn, se decidió a lanzar con su cañón una falta desde unos treinta metros y el balón, tras rozar en la barrera, acaba en la red después de entrar por debajo del meta teutón cuando todo el estadio creía que se había quedado con el esférico.

Esta acción de mala fortuna castigó a Kahn, que apenas había tenido trabajo, y a todo el Bayern, que había dado una lección de trabajo y orgullo ante los hombres de Carlos Queiroz, que deambularon sin saber qué hacer ante el rodillo de casta que había encontrado la justicia con el gol del ex jugador del Tenerife y el Deportivo, el holandés Roy Makaay.

Pese a tener enfrente al Bayern más limitado y con menos recursos de los últimos tiempos, el Real Madrid ofreció en la primera parte su peor cara. Fue superado ampliamente por un rival que, a falta de otros argumentos, puso ardor, lucha y anticipación ante un conjunto de Queiroz que pareció estar congelado.

Error tras error

Los madridistas cometieron error tras error. Fallaron infinidad de pases y el Bayern, que llegaba en mal momento, no dudó en tratar de aprovecharlo para crecerse e ilusionar a una afición que antes del partido no tenía fe alguna.

Dio la sensación que el Real Madrid no estaba. Con la excepción de un par de apariciones de Ronaldo, naufragó sobre el césped del coliseo bávaro, por donde navegó viento en popa el Bayern, al que tan sólo le faltó el gol.

El brasileño Zé Roberto, el inglés Owen Hargreaves, el alemán Michael Ballack, el peruano Claudio Pizarro y el holandés Roy Makaay crearon numerosos problemas a la zaga blanca, que hasta estuvo a punto de marcarse en un par de ocasiones en su portería, en la primera, a los dos minutos, Roberto Carlos, y en la segunda, a los 23, Iván Helguera, aunque el cántabro fue otra vez providencial junto a Iker Casillas, por cuanto el joven portero madrileño impidió que Zé Roberto y Hargreaves inaugurasen la cuenta.

El Real Madrid, como en tantas y tantas ocasiones, se complicó la vida por sí solo. No supo jugarle a un rival menor, estuvo sin sentido en el manejo de balón e impreciso hasta rozar lo desastroso. Y concedió tantas opciones como el Bayern quiso y apenas se le vio en el área de Kahn.

Faltos de confianza

Para su fortuna, al campeón germano le falta la confianza necesaria para asestar duros reveses a sus rivales y hasta la suerte, porque en el segundo periodo, en el que el cuadro de Queiroz esbozó una mínima mejoría en el control del juego, Makaay tuvo una clamorosa ocasión para abrir la cuenta, pero, cuando estaba solo, remató de cabeza ligeramente desviado.

El Bayern se siguió ‘comiendo’ en el sentido más literal de la palabra al conjunto madrileño y llegando con auténtico peligro, pero continuó con una carencia absoluta de acierto ante un Casillas que volvió a ser providencial en una internada del bosnio Hassan Salihamidzic, quien reemplazó en el descanso al francés Bixente Lizarazu y actuó como lateral zurdo.

Era un auténtico ‘baño’ el que estaban sufriendo los blancos. El equipo bávaro, herido en su orgullo, sacó lo mejor que ahora mismo puede ofrecer y encontró por fin su premio a un cuarto de hora del final con un preciso testarazo de Makaay tras un gran centro del peruano Pizarro, cuyo sustituto, el paraguayo Roque Santa Cruz estaba esperando para entrar al campo.

El “Bota de Oro” de la campaña 2002-03 no podía consentir más errores en el remate y su testarazo fue la recompensa a su labor y a la de todo el grupo.

Pero la alegría del Bayern duró siete minutos, los que tardó Roberto Carlos en enganchar uno de sus zapatazos lejanos que, inesperadamente, entró en la portería por debajo del cuerpo de Kahn, en una acción muy similar a la que sufrió Luis Miguel Arconada en la final de la Eurocopa cuando Francia venció a España (2-0), ya que prácticamente se la introdujo él mismo.

Fue un espectacular premio para lo poco que hizo el Real Madrid, que curiosamente consiguió por primera vez no perder en el Olímpico bávaro. Los partidos de ida se completarán este día con los duelos Deportivo de La Coruña-Juventus, Stuttgart-Chelsea, Oporto-Manchester United y Real Sociedad-Lyon.

SÍNTESIS

Los que vieron acción

Esta es la síntesis del partido entre Bayern Munich y Real Madrid.

Bayern Munich: Kahn; Sagnol, Kuffour, Kovac, Lizarazu (Salihamidzic, min. 46); Hargreaves, Demichelis (Jeremies, min. 92), Ballack, Ze

Roberto; Pizarro (Santa Cruz, min. 76) y Makaay.

Real Madrid: Iker Casillas; Míchel Salgado, Iván Helguera, Raúl Bravo, Roberto Carlos; Guti, Beckham; Figo, Raúl, Zidane; y Ronaldo (Solari, min. 92).

Goles: 1-0, M.75: Makaay, de cabeza, a centro desde la derecha de Pizarro. 1-1, M.82: Roberto Carlos lanza una falta muy lejana, el balón que parece atrapado por Kahn pasa bajo su cuerpo y entra a gol.

Incidencias: Partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el Estadio Olímpico de Munich. Unos 59 mil espectadores, entre ellos cerca de tres mil seguidores madridistas.

Noche gélida. Unos siete grados bajo cero.

FUENTE: Agencias.

Escrito en: Bayern, Real, Roberto, Kahn,

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