Días de lluvia y niebla han sido éstos; días morriñosos.
Los meteorólogos explican el estado del tiempo, y las razones que dan para explicarlo son científicas. Yo creo, sin embargo, que el tiempo tiene estados de ánimo, como nosotros. En ocasiones está alegre, y entonces brilla el sol. Otras se enoja, y estalla en huracanes y ciclones.
Ahora ha de estar triste, y su tristeza se hace llovizna y niebla melancólica.
¿Podremos hacer algo para alegrar al tiempo? Espero que no. Debemos respetar las melancolías ajenas. A mí me gustan estas mañanas que parecen tardes, y estas tardes que tienen ya el misterio de la noche. Cada tiempo a su tiempo. Llegan los días otoñales, y los años de otoño llegan ya. Igual vendrá el invierno. Y luego todo empezará otra vez. El tiempo y la vida son un cuento de nunca acabar.
¡Hasta mañana!...