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Balance del año: ¿positivo o negativo?

PADRES E HIJOS

Ignacio Espinoza Godoy

Una vez que ya concluyó 2010 y que iniciamos 2011, como ocurre cada año, hacemos un balance de cómo nos fue en ese periodo de 365 días, con lo que implican sus altibajos. Generalmente, tendemos a describir el saldo con tres frases muy sencillas pero reveladoras: “Me fue bien”, “Me fue mal” o “Me fue más o menos”, es decir, “Me pudo haber ido mejor”.

Normalmente, los resultados del año –positivos o negativos- los enfocamos tradicionalmente al plano económico ya que, lamentablemente, solemos atribuirle a ese renglón el éxito, pasando por alto que hay otros aspectos más importantes que el saldo a favor en el bolsillo, si bien resulta confortante saber que en el rubro financiero podemos estar tranquilos por lo que significa el bienestar para la familia en ese sentido.

En este contexto, deberíamos valorar otros aspectos para hacer un balance más exhaustivo de lo que logramos el año recién concluido, como si la familia goza, en general, de un buen estado de salud, pues si alguno de sus integrantes tuvo alguna enfermedad o si aún la padece, tal vez el saldo del año no podría considerarse como positivo, aunque en este rubro también habría que tomar en cuenta circunstancias como los pronósticos médicos y la evolución del paciente cuya salud nos preocupa y afecta por ser tan cercano a nosotros.

Aunque en ocasiones también atravesamos por situaciones que nos causan mucho dolor, como es el fallecimiento de un ser querido, normalmente sentimos que el balance del año no puede ser positivo ante la magnitud de la pérdida de una persona muy allegada a nosotros (como un padre, un hermano, un amigo, etc.), pues ese tipo de acontecimientos tienden a marcarnos por el impacto emocional que representa su ausencia, aun cuando tenemos plena conciencia de que la muerte es un acontecimiento inevitable y por el que todos tendremos que transitar, tarde o temprano.

No podemos perder de vista que en este estado, como en la mayoría del territorio nacional, la inseguridad fue una constante a lo largo del año, situación que nos impactó a tal grado que rompió con nuestra tranquilidad al alterar la rutina y los horarios para la diversión, por lo que la vida nocturna disminuyó radicalmente por los reiterados hechos de violencia registrados en los cuatro puntos cardinales de la entidad.

Como padres, por supuesto que nos preocupa la grave problemática que azota al país en materia de seguridad, porque incluso algunos hemos vivido de cerca hechos de sangre que han estremecido a las escuelas, aunque la autoridad se escuda en el argumento de que son hechos aislados que no están vinculados con la actividad de grupos delictivos. No obstante, el hecho irrefutable es que la violencia ha alcanzado a los planteles escolares.

Por ello, al menos en este aspecto, como parte de una sociedad golpeada por la delincuencia organizada, el balance del año que recién concluyó no puede ser muy positivo que digamos hasta que veamos que la seguridad de nuestros hijos está garantizada en el interior de las escuelas así como en su entrada y salida. De ahí en adelante, la responsabilidad de salvaguardar su integridad física es de los padres de familia.

Desde luego que el balance que puede hacer cualquier familia de cómo le fue en el año podría ser distinto y podría contrastar con el de sus vecinos, por ejemplo, porque las circunstancias de cada persona son diferentes y su bienestar podría depender, en parte, de los ingresos económicos que entren al hogar para la satisfacción de las diversas necesidades que se presentan en su entorno.

Sin embargo, hay que considerar –como ya se menciona al principio- que el balance, positivo o negativo, a nivel individual o familiar, dependerá de muchos factores y podría tener muchos enfoques y estará sujeto al matiz con que se evaluará el año, si bien hay aspectos en común en los que nos basamos para calificar la forma en que nos fue durante los 365 días del año, como son amor, salud, dinero, en el orden que usted desee acomodarlos, de acuerdo con sus prioridades.

No obstante, a pesar de las adversidades y problemas que tuvimos que afrontar durante el año que concluyó; aun cuando nos vimos sometidos a duras pruebas y tuvimos que soportar tragos amargos, el balance, amable lector, está a su consideración, aunque, desde mi punto de vista muy personal, yo prefiero calificarlo como positivo, porque estoy vivo, tengo salud, amor, trabajo, un hogar cálido y una familia que me espera todos los días con los brazos abiertos.

Por todo esto, y mucho más, le agradecemos al Creador, sin importar los momentos difíciles que hemos tenido que pasar, porque al final nos han unido más y nos han fortalecido como familia.

Escrito en: orientacion familiar consejos educacion para padres e hijos balance, podría, familia, año,

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