"Yo tenía muchísimas ganas de trabajar en París y de vivir allí un período de tiempo prolongado. Se me partió el alma, si bien no había manera de que el proyecto fuera viable. Pasé de hacer una película imaginativa y sumamente romántica a realizar un filme muy serio, como 'Match point'", comentó Woody Allen a Eric Lax ('Conversaciones con Woody Allen', Ed. Lumen), su biógrafo, en el 2005.
lo mejor
'Medianoche en París' es ya el filme más redituable, en términos comerciales, de Allen, y es su mejor película desde 'La provocación (Match point)'; la limitación de presupuesto obligó a que el proyecto tardara varios años en realizarse.
Entre 'Match point' y 'Medianoche en París', hay películas interesantes - 'Scoop. Amor y muerte'; 'Los inquebrantables'; 'Vicky Cristina Barcelona'; 'Así pasa cuando sucede' y 'Conocerás al hombre de tus sueños'-, pero nada realmente sorprendente.
otra realidad
Conforme Woody Allen ha avanzado en su carrera, sus temas se hacen más mágicos y metafísicos, ya no confía tanto en la realidad, se decanta por la magia y lo inexplicable. Owen Wilson interpreta a un hombre comprometido en matrimonio que viaja con la familia de su novia a París; es evidente que la chica, Rachel McAdams -que captó la esencia de la primera actriz favorita de Allen, Diane Keaton-, nerviosa e irritable no es la persona que satisface a Wilson, son opuestos, él soñador y ella práctica, ambos complicados.
adelanto
El protagonista plantea de forma inesperada una huida; cada que dan las doce de la noche la realidad se trastorna, se vuelve mágica y parisina, los tiempos se enredan, de repente está en otra realidad y conoce a los hombres que cambiaron la historia, sus héroes: Man Ray, Scott Fitzgerald, Salvador Dalí, Luis Buñuel; "yo nací en una época equivocada", dice Wilson, que no encuentra tan encantadora su realidad de día como aquella de noche.
'Medianoche en París' es la película más propositiva de Woody Allen en los últimos cinco años, constituye una vuelta a su período de los ochenta donde los temas del azar, la mezcla de la ficción y la realidad hablan de un presente que ya no es angustiante, como en 'La otra mujer' o 'La rosa púrpura del Cairo', sino de una necesidad de alternar las realidades que vivimos, el espacio de la imaginación es viable en lo real, se confunde, se mezcla, ambos convergen, sirve de terapia para poder vivir en un mundo que sigue siendo el mismo: la inconformidad de quienes somos y la necesidad de inventarse la vida.