No contar con estudios académicos o un oficio que permita contar con un ingreso económico para poder subsistir, provoca que hasta tres generaciones en una familia se dediquen a la prostitución.
De acuerdo con lo expresado por la subdirectora municipal de la Clínica de Inspección Sanitaria, Marcia Hernández Ochoa, en este momento se tiene dentro del padrón de sexoservidoras a una mujer de 70 años que vive de esta actividad, al igual que su hija y sus nietas.
Contrario a lo que se pudiera pensar, de que la mayoría de quienes se dedican a este oficio son personas jóvenes, esto no es así, pues en términos generales se trata de mujeres que son jefas de familia y que ya superan los 30 años de edad.
Por ello dentro de la Clínica de Inspección Sanitaria se ofrece atención integral; a las usuarias se les imparten diferentes talleres para que puedan aprender algún oficio.
Precisó que en promedio, del total de 370 personas que cuenta con su certificado sanitario, el 12 por ciento son personas cuyas edades oscilan entre los 18 a 24 años de edad; de los 24 a los 34, representa el 34 por ciento; de los 34 a los 45, abarca el 35 por ciento; mientras que de 44 años en adelante, es el 19 por ciento.
En la mayoría de los casos se trata de señoras, madres de familia que tienen que llevar el sustento al hogar, por ello lo que se quiere es que estén mejor capacitadas y puedan contar con otro trabajo.
Dijo que la sexoservidoras son un grupo estigmatizado y en donde aspectos como la violencia siempre están presentes; "es un grupo vulnerable y el cual no es aceptado, de ahí que mucha gente piense que está justificando el que se les maltrate".
Se trabaja en el tema de su autoestima, y cuando se solicita el certificado médico se les da una consulta para poderlo proporcionar.
Otro problema que se presenta en el este sector es lo relacionado con las adicciones y para atender este aspecto se tienen dos grupos en donde se ofrece terapia grupal.
Indicó que es un número elevado el de sexoservidoras que consumen alcohol o alguna droga; se puede hablar incluso de un 50 por ciento, sobre todo las que trabajan de noche. "En algunos casos no les gusta tomar bebidas embriagantes pero lo tienen que hacer para acompañar a sus clientes".