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Jaque Mate

Sergio sarmiento

VERSOS EN LA BOCA

"No era extraño en ningún rincón. Ya era viejo el trovador." Joan Manuel Serrat

Serrat es siempre una fiesta: no podía dejar de serlo en las presentaciones que está teniendo en nuestro país. El público mexicano lo ha recibido con el entusiasmo que se le otorga a una leyenda viva; y a casi dos años del amago de infarto de junio del 2001, él ha respondido con todo el encanto seductor del que puede hacer gala en los escenarios.

Este 14 de mayo en el Palacio de Bellas Artes Serrat empezó su seducción, significativamente, con "Bendita música" del álbum Nadie es perfecto (1994), un homenaje a su propia profesión: "Déjalo todo y sígueme. Trinaba mágica. La voz del músico. Pariendo música... Música, bendita música." De ahí siguió con "La bella y el metro", de su nuevo disco Versos en la boca (2002), en que con sentido de humor narra su encuentro con una bella que en el metro "se deja mirar mientras mira". A continuación ofreció "Benito", esa saga agridulce de la muerte de un abandonado urbano: "Tanto tienes, tanto vales. Y pare usted de contar. Hoy respiramos, mañana dejamos de respirar." La primera parte de su concierto la dedicó en buena medida a ofrecer piezas de su repertorio más reciente, especialmente de Versos en la boca, como "Muñeca rusa" y "De cuando estuve loco" (aún me persigue la frase "Hacia donde señalan tus pezones, voy a toda pastilla, dando gas a la moto"). En cada una de estas piezas se aprecia la sensibilidad de este trovador que cumplirá 60 años este próximo 27 de diciembre, pero que insiste en "conmoverse conmoviendo". En las canciones que cuentan historias, como "Los fantasmas del Roxy" de Bienaventurados (1987) o "Disculpe el señor" de Utopía (1992), Serrat se convierte en un mimo que con sutiles gestos recrea lo que sucede, lo cual le da un encanto todavía más especial a su actuación. El sentido del humor de Serrat está presente, sutil pero inevitable, en muchas de sus canciones, pero también en sus actuaciones públicas. Después de unas cuantas canciones se apresura a presentar a sus músicos. Dice que no quiere dejar esto hasta el final como ocurre en tantos conciertos y explica: "En esta época es importante saber con quién está pasando uno la noche." Entre los músicos se encuentra al piano Ricard Miralles, responsable de los arreglos y la dirección musical del nuevo disco, quien ha regresado a trabajar con Serrat después de no hacerlo desde 1989. Serrat sabe que su trabajo es promover su nuevo disco, el cual distribuye BMG, y hace su trabajo concienzudamente al incluir en su presentación un gran número de las canciones de Versos en la boca. Pero él sabe que el momento culminante de cualquier concierto lo logra interpretando esas canciones que le dieron fama y que hoy son un referente cultural para más de una generación de hispanohablantes en todo el mundo. "Para la libertad" de Miguel Hernández (1972), "Penélope" (el sencillo de 1969), "Mediterráneo" (del álbum homónimo de 1971) y "Fiesta" (del álbum homónimo de 1970, que Serrat canta sin la censura a la letra que le impuso originalmente el gobierno franquista) son coreadas por el público y los ojos de muchos se llenan de lágrimas. Cada una de estas canciones es un momento de la vida, un recuerdo para los miles reunidos en Bellas Artes. Como en todos sus conciertos, el trovador es generoso con su tiempo. Después de la terminación formal del concierto sale, no una, ni dos, ni tres, sino cuatro veces a agradecer el aplauso y ofrecer otras interpretaciones. Así canta "¿Qué sería de mí?" del nuevo disco y las clásicas "Cantares" y "La saeta", ambas de Antonio Machado (1969). Termina el concierto para su público mexicano con "De un mundo raro" de José Alfredo Jiménez, incluida en Canciones Tarres/Serrat (2001): "Cuando te hablen de amor y de ilusiones.../ si te acuerdas de mí no me menciones / porque vas a sentir amor del bueno." A casi 40 años de sus primeras grabaciones, este viejo trovador sigue siendo un seductor. Él lo sabe. Se lo dicen noche a noche las mujeres que le declaran su amor a gritos desde las butacas oscuras. Pero lo que sorprende es que, a pesar de la pleitesía, Joan Manuel Serrat siga siendo tan fresco en su música y en sus presentaciones personales. Quizá él mismo no ha querido olvidar a ese trovador de "zapatos agujereados" y "ropa llena de polvo" a quien le rindió homenaje en 1967 en su "Balada per a un trobador" de su disco Ara que tinc vint anys.

PARA LA LIBERTAD Serrat sigue, en las palabras de Miguel Hernández, sangrando, luchando y perviviendo por la libertad. En su conferencia de prensa del 13 de mayo por igual cuestionó la posición de España en la guerra de Irak como la represión a los disidentes cubanos.

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Escrito en: Serrat, canciones, nuevo, trovador

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