Durango

Se aprovechan de su debilidad visual

Saúl Maldonado

Hasta escupitajos en la mano llegan a recibir débiles visuales cuando intentan ganarse la vida en las calles o bien llegan a pedir una "ayuda" para salir adelante.

Gonzalo y Maurilio: uno canta en camiones, otro pide ayuda en la calle y ambos coinciden que hay gente "muy grosera", pero no se refieren a los jóvenes o adolescentes, sino de la gente adulta.

Gonzalo Ríos tiene 48 años. Todos los días se levanta y sale a trabajar con su guitarra desde las siete de la mañana; ve borroso y esa fue la causa por la cual no pudo estudiar, por lo que desde que tiene memoria, se ha ganado la vida cantando en los camiones.

Tiene una esposa y tres hijos a los cuales ha logrado sacarlos adelante gracias a sus canciones, incluso, uno ya estudia en la "prepa" y los otros dos "ahí van", señala.

Dijo que la gente sigue cooperando, aunque ha bajado el apoyo que dan y en vez de cinco pesos, ahora cooperan con dos, o en vez de dos, ahora sólo uno y quien daba un peso ahora da 50 centavos.

Sin embargo, aunque dice que trabaja gustoso, sobre todo porque le gusta cantar, tiene que sufrir muchos problemas: "mi ceguera no es un inconveniente, puedo subirme y bajarme rápido de los camiones, si acaso batallo al cruzar bulevares o calles donde circulan muy rápido los vehículos porque no los veo", comenta.

El problema se da en el mal trato que suele recibir en algunas ocasiones, pero de gente mayor de edad, "por la voz sé que son personas grandes que me dicen de cosas y se burla de uno, pero ya estoy acostumbrado y los ignoro; antes sí me afectaba, cuando apenas empezaba, hoy ya no, pero en ocasiones si es incómodo", señala.

 ESCUPITAJOS EN VEZ DE MONEDAS

Maurilio Amado tiene 51 años de edad, también débil visual; él se sienta en su banco en la banqueta de la calle 20 de Noviembre entre Victoria y Francisco I. Madero porque su ceguera sí es mayor y no puede trabajar, de joven buscó donde hacerlo y nunca consiguió una oportunidad.

Por eso, desde hace varios años ocupa un lugar en esa banqueta de la zona centro de la ciudad donde se sienta hasta las seis ó siete de la tarde.

Al igual que Gonzalo, dice que recibe muchas groserías de la gente adulta que le dicen varias cosas, entre lo más tranquilo es que se ponga a trabajar, pero hay otros que en vez de darle un peso, le piden que abra la mano y le dejan caer un escupitajo, o le en vez de moneda le echan otras cosas.

Asegura que hace tres años, una señora pasó y le dijo que lo incluirían en un programa de apoyos, "ese del 60 y más y atención a personas discapacitadas", señaló.

Los primeros dos meses recibió una ayuda económica, pero no hubo más; a principios de este 2012 la señora volvió a pasar y le dijo que si seguía recibiendo la ayuda a lo cual dijo que no, "la mujer se molestó y me comentó que debería de seguir recibiéndola y se fue enojada", comenta.

En marzo regresó y le entregaron el apoyo de tres meses y prometió que la ayuda seguiría, "pero ya no me han dado nada", comenta.

Dice que no sabe si lo han sacado del mismo o si alguien más se está beneficiando de ello.

Escrito en: Durango Comunicación gente, tiene, ayuda, tres

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