Toneladas de roca cubren asfalto
La fortuna permitió que no hubiese víctimas físicas de ningún tipo. Y es que pese a lo transitado de la ruta, ningún vehículo pasaba a la altura del kilómetro 144 cuando el deslave ocurrió.
Sin embargo, personas que realzaban traslados tan largos como el Hermosillo-Monterrey, vieron frenado su trayecto y posible llegada a la capital de Nuevo León ayer mismo.
Otros, se vieron obligados a inventar juegos con sus hijos para evitar el aburrimiento.
Las otras consecuencias, las económicas, aún no son reveladas. Pero durante al menos doce horas se mantuvo sin flujo una caseta, la de Coscomate, que hace gastar más de 200 pesos por cada ciudadano que lo atraviesa.
De ahí en más, no fue sino un derrumbe más que se agrega al historial de la Supercarretera.