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Jesuitas, sus contribuciones a la Nueva España

“Los jesuitas en el norte de Nueva España, sus contribuciones a la educación y el sistema misional”, título del Seminario organizado por el Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Juárez del Estado de Durango, el miércoles y jueves en el Aula “Laureano Roncal”.

En el seminario, coordinado por José de la Cruz Pacheco Rojas, investigador del IIH de la UJED, participarán investigadores de la benemérita Universidad de Puebla del Sistema Nacional de Investigadores, Universidad Autónoma de Sinaloa, Escuela Nacional de Antropología e Historia Unidad Chihuahua, Universidad Autónoma de Zacatecas, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, también participó la cronista de Parras, Coahuila, Elvia Guadalupe Morales García.

Al declarar inaugurados los trabajos de dicho seminario, el secretario general de la UJED y encargado de la Rectoría, Carlos Silerio Medina, destacó que este seminario fue una de las últimas acciones impulsadas por “nuestro rector José Ramón Hernández Meraz”, y al proseguir, manifestó que el acto tiene significados especiales como estar reunidos en la sede de lo que fue el Colegio Jesuita, precisamente en este viejo y amado caserón, donde hace más de cuatrocientos años se convirtió en el centro evangelizador del norte de la Nueva España.

De este lugar, agregó, partieron los misioneros jesuitas Jerónimo Ramírez y Juan Fonte, encargados de fundar las primeras misiones de la Hacienda de la Sauceda y de Mapimí y del río Nazas. “Aquí se dio la partida para evangelizar el norte del país y el sur de los Estados Unidos, cuya obra y su legado que habrán de discutirse y analizarse durante los días que dure el seminario, nos remiten a reconstruir nuestra historia, permitirán recuperar los trabajos iniciados en 1974 en la reunión del Congreso Mexicano de Historia, donde se planteó elaborar la historia local a partir de las aportaciones de los historiadores como Ramírez, Bancroft, Mecham, Roauix, Sarabia y Decorme”.

Aseguró que la información que se comparta permitirá nutrir y enriquecer los archivos de la historia, con ello comprender el presente e imaginar el futuro. Por su parte Gabino Martínez Guzmán dijo que la participación de la iglesia en la conquista de México es un tema polémico, pero el de los jesuitas es, además, apasionante, porque no se dedicaron únicamente a convertir el catolicismo a los indígenas, sino que abarcaron otros aspectos, sumamente importantes para la formación económica que iniciaba su construcción.

Agregó que desde la Nueva España hasta Chile sembraron el territorio de colegios profesando la enseñanza media y superior, imprimiendo libros que naturalmente eran frutos de sus investigaciones, citó Martínez Guzmán.

“Los jesuitas no dependían de la Corona ni de la aristocracia para realizar su labor civilizadora, lograron crear un imperio económico que los hacía autosuficientes, según el decir de los historiadores se debe considerar a los jesuitas como los precursores de los modernos capitalistas, pues su conocimiento de la economía y sentido empresarial hacía de ellos unos eficientes productores de las tierras en sus haciendas”, dijo.

“La temática es interesante, los participantes son académicos calificados y conocedores del tema, no dudamos que será una jornada fructífera para bien de la Universidad Juárez en el ámbito del conocimiento”, concluyó.

Ayer se clausuró este seminario que contó con la participación de importantes ponentes, como fue el caso de Arturo Gastélum Zepeda, Alfonso Martínez Rosales, Ricardo León, María Luisa Reyes, José de la Cruz Pacheco, Joel Santos, Thomas Hillerkuss, René Llanes, Laura Álvarez,

Gilberto López y Elvia Guadalupe Morales.

CONFERENCIA

MATÍAS BLANCO

Con la conferencia “Matías Blanco, padre jesuita duranguense”, impartida por Ramón Kuri Camacho, se inauguró el seminario “Los jesuitas en el norte de Nueva España, sus contribuciones a la educación y el sistema misional”, organizado por el Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Juárez del Estado de Durango.

Ante un público congregado en el aula “Laureano Roncal” de la UJED, Kuri Camacho proporcionó datos sobre quién fue Matías Blanco y su papel dentro de la Nueva Vizcaya. Explicó que Luis de Miranda, Cesapio, Salceda, Matías Blanco, Agustín Sierra y Alcázar fueron los grandes teólogos de fines del siglo XVII, por su inteligencia.

Matías Blanco nació en 1660, ingresó al noviciado a los 17 años profesando bajo la opinión general de poseer ingenio, caridad, prudencia, constancia y discreción, virtudes que siempre destacaron en él. Hacia 1708 figuró como profesor de diversas instituciones educativas de Puebla, Oaxaca y Ciudad de México. Desempeñó el cargo de Secretario durante el XXIII Congreso de Congregación Provincial, ocupó el puesto de Rector de la Congregación de La Purísima.

SEMBLANZA

Jesuita

Matías Blanco fue un distinguido sacerdote entre los jesuitas mexicanos.

LUGAR DE NACIMIENTO: En aquel tiempo provincia del reino de Nueva Vizcaya (Durango).

AÑO: 1660.

ESTUDIOS: Los inició en su ciudad natal para continuar en la Ciudad de México, abrazando la carrera del Sacerdocio. Se distinguió como estudiante y dedicación, que le permitió obtener el reconocimiento y admiración de sus maestros, lo cual era difícil en aquel tiempo por el concepto de superioridad en que siempre debía estar el maestro con respecto al alumno.

PROFESÓ: Al concluir sus estudios intervino en la Compañía de Jesús en el año de 1679.

SERVIDOR: No fue el primero, pero sí de los nacientes duranguenses que recibieron una alta preparación para servir a nivel nacional en el ámbito de la cultura. Dedicado a la docencia, ocupó los cargos de Prefecto de Estudios del Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo y catedrático en la misma institución.

AUTOR: De varios escritos y obras de su tiempo, considerándose como los más importantes “Tractatus de Libertate create sub divina scientia, voluntate et omnipotentia”, “Prácticas doctrinales” y “Fum triples decreto et scientia media contestus”.

ALGO MÁS: Fue titular de la cátedra de Teología en un colegio de altos estudios, como lo fue en el siglo XXVII el Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo de la capital del Virreinato, que formaba la estructura fundamental de la Iglesia Católica para la formación de sacerdotes, en una época de evangelización y extensión de dominio religioso.

FALLECIÓ: Ciudad de México en 1734.

Escrito en: Nueva, jesuitas, Universidad, norte

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