Cobradores humillan a ciudadanos deudores
Mediante acciones de burla, exhibición e intimidación, supuestos despachos jurídicos pretenden cobrar a las personas que tienen adeudos con instituciones financieras.
Francisco Esparza Hernández, delegado estatal de la Comisión para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), señaló que en lo que va de este año se registran entre tres y cuatro casos diarios de personas que temen el embargo, como amenazan los avisos que diariamente les dejan los despachos de cobranza.
El funcionario federal exhibió un volante que fue repartido por uno de esos supuestos despachos en una zona habitacional, donde aparece la imagen de un ratón refiriéndose a la persona deudora y cita el nombre del aval, con la frase "Me gusta pedir prestado y no pagar".
El volante, como si estuviera elaborado por la persona deudora, dice que atraviesa por una situación complicada y pide ayuda para saldar las deudas. Cerca de 50 volantes como éste, fueron repartidos entre los vecinos.
La persona en referencia se atrasó dos pagos semanales de 180 pesos cada uno, lo que desató el acoso del despacho.
Esparza Hernández enfatizó que este tipo de acciones son completamente reprobables, lo mismo que los papeles que suelen pegar o meter por debajo de las puertas con amenazas de embargo a los domicilios de los morosos.
"Esto no tiene ninguna validez", enfatizó el titular de la Condusef en Durango al aclarar que no se trata de que los deudores no paguen, sino de que se respeten sus derechos.
Según explicó, para que se pueda proceder al embargo al que en realidad tienen derecho, la institución financiera debe interponer la denuncia ante el Ministerio Público y posteriormente el Juzgado correspondiente debe notificar al demandado.
La demanda debe estar sellada y firmada por el Juez, con un plazo establecido para proceder al embargo. Por el contrario, los despachos de cobranza se concretan amenazar con llegar a los domicilios y proceder al embargo. Pero esto se trataría de allanamiento de morada y robo, por parte del despacho.
El acoso de los encargados de cobranza había cesado los últimos años, al grado de que se atendía un caso de este tipo por semana.