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Elecciones en la India

JULIO FAESLER

 E Ste lunes 7 se inician en la India las elecciones nacionales para diputados a la décima sexta legislatura de la cámara baja. El ejercicio se desarrollará en nueve fases sucesivas durante más de un mes. El padrón lo componen 815.5 millones de votantes, dotados de sus credenciales de elector con fotografía.

Cada una de las casillas instaladas hasta en los parajes más remotos de ese país de más de tres millones de quilómetros cuadrados, contará con sus consolas electrónicas, sistema ya usado ya en comicios de 2002, y que el ciudadano operará oprimiendo los botones correspondientes a los candidatos que escoja. Los votos registrados en las máquinas se contarán al final de las jornadas en las mismas casillas. Los resultados obtenidos casilla por casilla, se enviarán a los comités electorales y se mantendrán en el más absoluto secreto hasta que se haya concluido el proceso electoral.

El proceso electoral terminará el 12 de mayo y los resultados nacionales se anunciarán a tiempo para conformar los 543 miembros a la Cámara de diputados, Lok Sabha. De acuerdo con el régimen parlamentario, el partido que obtenga más votos recomendará al Presidente de la República, el señor Pranab Mukerjee, el nombre de quien ha de ejercer el cargo de Primer Ministro, jefe de gobierno.

Las elecciones que están a punto de arrancar serán trascendentales en la política interior. Los pronósticos más frecuentes prevén que el partido del Congreso quedará relegado del histórico predominio que desde tanto tiempo ha gozado. "El Congreso", fundado hace más de 120 años fue el que condujo el movimiento de independencia hasta su culminación en 1948.

Siguiendo en mucho la profunda huella del Mahatma Gandhi, el Primer Ministro, Jawajarlal Nehru, llevó al país a realizar su propio modelo de socialismo. El partido, ahora jefaturado desde hace varios años por Sonia Gandhi, nuera de la formidable Indira Gandhi, vive ahora una difícil etapa atribuible a la recesión económica mundial, una administración débil, impases parlamentarios y una ola de corrupción generalizada.

Todos los indicios apuntan a que Narenda Modi, ex gobernador de Gujarat, acreditado con una muy exitosa gestión económica, pero aún recordado por haber dejado pasar las terribles matanzas de Godhra en 2002, vencerá a Rahul Gandhi, hijo de Sonia, y candidato del partido del Congreso. Algunos observadores dudan sin embargo, que aún ganando el BJP sea capaz de formar gobierno sin el apoyo de aliados.

La proliferación exagerada de partidos políticos nacionales, regionales y locales, más de cincuenta importantes, hace del tablero político de la India un rompecabezas en el que hay que acomodar ideologías, religiones, culturas locales, lenguas, demandas vecinales, de grupos, de castas y tribus, sin contar con una vivaz clase media urbana en constante crecimiento. Alinear de alguna manera ese complejo político interno requiere hacerse en el marco de la globalización internacional, al lado de un repunte de aspiraciones nacionalistas en búsqueda de hegemonías geopolíticas.

En el escenario mundial resalta la importancia de la India tanto por sus 1,200 millones de habitantes como por su crucial ubicación entre el Océano Índico, por donde pasa el 70% del tráfico marítimo del mundo y una inquieta y estratégica Asia Central que es foco de codicias de las grandes potencias.

Cualquier triunfo electoral que resulte determinará hacia donde se inclinarán las preferencias del nuevo gobierno de la India. Ambos vecinos, China y Rusia, han influido en algunas coyunturas históricas . Además de estos dos países, el futuro primer ministro tendrá que tomar en cuenta y pronunciarse sobre los intereses de los Estados Unidos que juegan un papel importante en los conflictos de esa parte del mundo.

El partido del Congreso ha tenido un largo historial de experiencias que se extienden desde el siglo XIX con todos los actores y fuerzas que conforman el gran teatro político mundial. No así el BJP que, arraigado en hondas convicciones sobre un Hindustán unívoco, tan proclive al fundamentalismo del Hintudva (un hinduismo a ultranza), tendrá que probarse en los inextricables dilemas internacionales que rebasan con mucho su aguerrida experiencia en las batallas políticas de casa.

Afortunadamente a la solidez política de la India contribuye el moderno sistema electoral que, con versatilidad y sencillez, resuelve los conflictos internos aplicando lo que hasta ahora una actitud democrática que no ha fallado; esto es, el respeto a los resultados que emanan de las urnas, aunque sean adversas.

Nada que ver con nuestras pobres rencillas sobre la creación de un nuevo órgano electoral, producto de un barato revanchismo de hace casi 8 años.

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Escrito en: India, Gandhi,, partido, resultados

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