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De Política y Cosas Peores

ARMANDO CAMORRA

 U N señor llegó de su viaje antes de lo esperado y sorprendió a su esposa haciendo cosas de libídine con un desconocido en la alcoba conyugal. "¡Ah, maldito! -le gritó al sujeto en paroxismo de ira-. ¡Esto me lo va usted a pagar!". "¿Otra vez? -respondió con molestia el individuo-. ¡Ya le pagué a la señora!"... Doña Jodoncia le ordenó a don Martiriano, su marido: "No estés ahí sentadote, viendo la televisión. Ve al jardín a regar las plantas". "Pero, mujer -se atrevió a oponer don Martiriano-. Está lloviendo a cántaros". Replicó doña Jodoncia: "Lleva un paraguas"... El conejo y el castor contemplaban la enorme presa Hoover. Le dice el castor a su amigo: "Para serte sincero, yo no la construí. Pero está basada en una idea mía"... Babalucas llamó por teléfono a un amigo. "Estoy desesperado -le dijo-. Llevo ya tres días armando un rompecabezas y no he logrado unir ni siquiera un par de piezas". Preguntó el otro: "¿De qué es el rompecabezas?". Contestó Babalucas: "Es de un gallo, pero está muy difícil. Ninguna pieza pega con otra. Ven a ayudarme, por favor, o me volveré loco". Poco después llegó el amigo. Babalucas lo condujo a la mesa donde estaba trabajando. Ahí le mostró las piezas, que había sacado de la caja, y le enseñó también la caja con el dibujo del gallo. "Con razón estás batallando -suspiró el amigo-. Esto no es un rompecabezas: es una caja de Corn-Flakes"... La profesora se dirigió a sus alumnos: "Díganme, niños: La palabra 'locomotora' ¿es masculina o femenina?". "¡Masculina!" -respondió sin vacilar Pepito. "Te equivocas -lo corrigió la maestra-. 'Locomotora' es palabra femenina". "¿Cómo? -se sorprendió el pequeño-. ¿Qué no cuenta el pito?... En efecto, a veces tenemos problemas con el género de las palabras. He oído frecuentemente decir "el anécdota", pese a que la palabra es femenina. Con mayor frecuencia veo, sobre todo en anuncios de restaurantes, la palabra "sazón", perteneciente también al género femenino, escrita en masculino: "el sazón". Lo correcto es decir y escribir "la sazón". Estos no son tiquismiquis de purista. No lo soy, y yo mismo caigo muchas veces en dislates de gramática, pese a que mi oficio es el de escribir y hablar, cosas ambas que hago con excesiva asiduidad. Amables lectores me señalan esos errores, y se los agradezco, pues así ya no repito el disparate. Obran ellos en cumplimiento del precepto del buen Padre Ripalda, que nos exhortaba a cumplir una de las obras de misericordia espirituales: Corregir al que yerra. Eso pretendió hacer un agente de Tránsito de mi ciudad. Interrogó al señor que se presentó como maestro, y cuyo coche fue chocado por cierto jovenzuelo que manejaba el suyo con exceso de velocidad. "¿A qué se debió el accidente, señor?" -le preguntó. Respondió el profesor: "Sucede que este joven venía como bólido y..." -lo interrumpió el jenízaro-. "Y dice que es maestro -lo reprendió con desdeñoso acento-. Se dice 'volido', señor: 'Venía como volido'"... En su cama de hospital el señor abrió los ojos al volver en sí de la operación. A su lado vio a su mujer. "¡Qué hermosa eres!" -le dijo. Volvió a cerrar los ojos y se quedó dormido. Ella, halagada y conmovida, permaneció junto a su esposo. Horas después despertó el hombre. Miró a su señora y le dijo: "No estás tan mal". "¿No estoy tan mal? -protestó ella-. ¿Qué pasó con aquello de: '¡Qué hermosa eres!'?". Replicó el marido: "Es que ya están pasando los efectos de la anestesia"... La oficina de reclutamiento estaba en el segundo piso, y la sala de exámenes médicos en el primero. El muchacho que no quería ser reclutado por el ejército le alegaba al médico que era casi ciego. El doctor, que lo había hecho que se desvistiera para practicarle el examen general, le revisó la vista y no encontró ninguna deficiencia. Pero para estar seguro hizo que una guapa enfermera se aligerara la ropa y pasara provocativamente frente al joven. "¿Qué ves?'' -le preguntó al muchacho "Solamente un bulto'' -respondió éste. "Bien -concluyó el facultativo-. Quizá tus ojos vean sólo un bulto, pero otra parte tuya está apuntando directamente hacia el segundo piso, donde está la oficina de reclutamiento''... FIN.

Escrito en: palabra, -respondió, ojos, señor

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