PREDICANDO EN EL DESIERTO
Aunque Durango ha experimentado un retraso sistemático en relación a la llegada de nuevas ideas y conceptos que fundamentan al arte contemporáneo, las cuales se imponen en el "stabilshment" de las grandes ciudades, esta aparente desventaja ha propiciado un interesante apego a la tradición, sobre todo en aquella que se refiere a la pintura, y posteriormente, a una reflexión sobre los alcances de ésta en el contexto actual de las artes visuales.
La práctica constante del dibujo como soporte de la producción plástica, la presencia recurrente de la figura humana en la temática, la narratividad en el discurso y la monumentalidad han sido valores cultivados por los artistas duranguenses, los cuales se enriquecieron por una lenta asimilación de las vanguardias, gracias a algunos esfuerzos individuales, sumando a finales del siglo XX la inquietud de algunos jóvenes artistas por revisar los parámetros de la representación tradicional y de los grandes maestros del arte occidental.
En la actualidad nos encontramos una generación de creadores con una manifestación artística muy heterogénea, preponderantemente plástica, que en ocasiones se identifica con los lineamientos posmodernos.
La visita a Durango de artistas plásticos y críticos de arte de renombre nacional e internacional, premios y selecciones de artistas locales en importantes certámenes y exposiciones que, aunado a la llegada de la nueva tecnología en materia de comunicación (internet y redes sociales) fue despejado dudas acerca de si las motivaciones artísticas en Durango estaban o no "fuera dela jugada" ; lo cual, en vez de provocar un cambio de rumbo, confirmó la misión de la propuesta, la enriqueció y fortaleció .
Desde el hiperrealismo, realismo fantástico, la neo-maniera, surrealismo pop, la abstracción, el expresionismo abstracto, y el reciente resurgimiento del grabado, Durango construye una identidad aun "inexplorada" en el panorama de la plástica nacional, porque aunque se identifican claramente algunos nombres en el ámbito nacional e internacional, la realidad del Durango contemporáneo es prácticamente ignorada, y más todavía, la forma en que sus artistas locales la están interpretando en relación con el mundo.
Representa un interesante motivo de análisis el porqué han surgido en Durango grandes artistas, del porqué se han ido algunos y regresado otros, y sobretodo, cual es la razón de que sigan apareciendo prometedoras generaciones; un momento de reflexión donde se puede descubrir que nuestra identidad no se reduce a caudillos revolucionarios, la leyenda colonial o a la eterna presencia del arquetípico escorpión.
Una ventana abierta al enigma de Analco, en donde sus artistas asumen el compromiso con su terruño, aferrándose a sus procedimientos, heredados por la tradición y fortalecidos por el "aislamiento", un lugar desde donde se puede aspirar a ser reconocido, aun predicando en el desierto.