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Norma Adriana Orozco

JUGUETES MEXICANOS | ¿DIVERSIÓN OLVIDADA?

No importa si es niña o niño, con dinero o sin él, lo único que el infante necesita es un poco de imaginación y destreza para jugar y aprender

Norma Adriana Orozco

Fotos: Luz María Parra |

El Siglo de Durango

Son de madera, cartón, trapo, papel, laca, plomo, hojalata, con un extraordinario colorido producto de la imaginación y la sensibilidad mexicana, hechos por artesanos indígenas y mestizos, y se pueden encontrar en mercados tradicionales, su nombre: Juguetes mexicanos.

En cualquier hogar de Durango, en especial en casa de la abuela o de la tía, están ahí empolvados y olvidados por el paso del tiempo, incluso algunas veces son utilizados como objetos de adorno. Sin embargo su influencia histórica ha sido tal, que forman parte de pinturas de la época donde se pueden ver niñas con muñecas de porcelana o trapo y niños con trompos, así como cazos y espadas de cartón, máscaras, sonajas, figuras de tule, trompos, perinolas, tarascas, piñatas, matracas y soldaditos de plomo.

La pelota

La historia del juguete mexicano es también la historia de la humanidad, el juego más antiguo conocido en nuestro país es el de la pelota, como lo revelan los descubrimientos arqueológicos de figuritas de barro con una pelota en la mano. En la Nueva España existió una amplia difusión y fabricación de juguetes mexicanos, ya que durante el periodo del Virreinato las fiestas religiosas o civiles sirvieron de pretexto a los artesanos para imaginar o adaptar nuevos juguetes.

Con estos antecedentes podemos afirmar que el juguete estuvo y está presente en la sociedad, aunque con funciones y formas de representación diferentes. Los juguetes tradicionales nunca han perdido su popularidad y se han adaptado a las costumbres de cada región.

¿A qué juegas?

La mecánica y la electrónica son elementos básicos en la industria del juguete, sin embargo, nunca sustituirán a los trompos, los muñecos de barro, las perinolas, las sonajas, los dados, las matracas, los papalotes, los trenes de madera, los yoyos, los barcos de lámina y los baleros.

Para revalorar el juguete mexicano tradicional es necesaria una actitud más activa para el juego que, además, implica el fortalecimiento de nuestra identidad. En este sentido es importante que los padres de familia hereden a sus hijos el gusto por la diversidad de productos que existen para su sana diversión. Para empezar pueden enseñarles algunas muestras de los juguetes del siglo XVII y XIX, llevándolos a un recorrido por el Museo de Culturas Populares del municipio de Durango, donde además está permitido que los chiquitines jueguen. También pueden visitar el Museo del Aguacate, que tiene resguardados algunos objetos que utilizaban para su entretenimiento los pequeños de siglos pasados.

Después de este viaje por la historia, llegó el momento que los infantes reciban como obsequio uno los juguetes mexicanos que se encuentran a la venta en diferentes locales del Mercado Gómez Palacio de esta capital, donde los precios varían sin exceder los cien pesos.

Con esto no queremos decir que los juguetes de moda no sirven, pero lo que sí es importante destacar es que cuántas veces los niños no han dejado a un lado el “robot” o el “carrito” usándolo sólo un par de veces para satisfacer su curiosidad y terminan rompiéndolo para conocer las partes que lo componen por dentro. También hay pequeños que exigen a sus padres que les compren nuevos juguetes pues “están aburridos” con los que tienen en casa.

Existen los bélicos

Los medios de comunicación han bombardeado a la población con diferentes imágenes de conflictos armados y en ese incesante mundo de información, los niños y niñas se han visto influenciados de tal manera que consideran divertido que les regalen una pistola de plástico, dardos o soldaditos con los que puedan escenificar una escena violenta. En este sentido la Profeco ha realizado una intensa campaña publicitaria para evitar la compra de este tipo de productos. Los argumentos de esta institución son que los juguetes basados en la violencia y conductas antisociales enseñan la destrucción e inhiben las aptitudes positivas de imaginación, destreza y compañerismo entre los niños. De acuerdo a un convenio entre la industria del juguete y la institución federal, están en proceso el cambio de forma y nombre de los juguetes bélicos, de tal manera que las pistolas serán redondas y se llamarán lanza dardos, a fin de evitar la cultura bélica en la infancia.

El precio de la diversión

En comparación con el costo de los modernos, los juguetes tradicionales tienen un precio mucho menor y no necesitan garantía que proteja su funcionamiento o durabilidad.

Producto Materiales Costo

Tablita Madera $10.00 pesos

Perinola Plástico $20.00 pesos

Trenecito Madera $40.00 pesos

Trompos Madera $15.00 pesos

Caballito Madera $50.00 pesos

Muñeco Tela $40.00 pesos

Marioneta Tela $25.00 pesos

Guitarritas Madera $30.00 pesos

Baleros Madera $15.00 pesos

Tambor Plástico $50.00 pesos

Máscaras Papel $50.00 pesos

Yoyos Plástico $40.00 pesos

Hablemos de responsabilidades...

Así como los juguetes pueden entretener o divertir a los niños, también pueden lesionar su cuerpo o, incluso, provocar un terrible accidente; las reglas de oro en cuanto a seguridad de los juguetes son:

Que no tengan puntas, ni

bordes de filo.

Que no usen cuerdas largas que puedan ser causa de

estrangulamiento.

Cuidar que los materiales,

colores y pintura no sean tóxicos.

Preferir objetos de plástico

durables (algunos se pueden romper fácilmente).

Cuidar que no contengan

partes pequeñas que se

puedan tragar.

Mantener un criterio uniforme en cuanto a la edad apropiada para cada juguete.

Escrito en: juguetes, pueden, juguete, objetos

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