No es raro escuchar que la sierra de Durango, especialmente el municipio de Tamazula, está plagada de narcotraficantes, debido a la gran cantidad de marihuana y amapola que se produce, tal y como lo declaró el comandante de la Tercera Región Militar, Alfonso Duarte, que ha tenido que reforzar la vigilancia por el incremento de cultivos de droga. Tampoco es descabellado que los sembradores de enervante hayan disparado contra un helicóptero de la Marina al ver en riesgo sus plantíos, por lo que es obvio que los marinos hayan implementado un fuerte operativo en el lugar. Lo que no se vale es que no respeten los Derechos Humanos de los habitantes y más cuando son inocentes.
Muy mal se está viendo el municipio de Durango tras el anuncio sobre el indexar las multas tras el ajuste que se hizo al salario mínimo. Esta medida lejos que llevarle votos al gobierno en el poder, genera molestia. Y a todas luces se observa un afán recaudatorio por parte del Ayuntamiento, aunque la Directora de este dependencia diga lo contrario. De por sí, son altas las multas de tránsito y son varias las irregularidades que se comenten cuando se aplican estas, pues se retiene documentación como licencias de conducir o tarjetas de circulación, lo que es ilegal y lo lamentable es que no se han esforzado en modernizarse, solo cobran y no mejoran ni en el trato que dan a los ciudadanos.
Varios vecinos y comerciantes de la avenida Cuauhtémoc se mostraron sorprendidos por la instalación de postes para estacionómetros en las banquetas de esta calle. Ya anteriormente han sido instalados este tipo de implementos en otras zonas de la ciudad, aunque de momento no han sido equipados, aunque quienes viven en dichas áreas consideran injusto tener que pagar por estacionarse afuera de sus domicilios.
Para el Municipio esta recaudación representa un ingreso de más de 20 mil pesos diarios, de ahí que la ampliación y el mantenimiento de los parquímetros dejaría mayores rendimientos a la Administración Municipal.
Sin duda es un acierto para el Gobierno del Estado la regularización de la primaria CADI del barrio de Tierra Blanca. Pero es un clavo más al ataúd económico de Alejandro González Yáñez, quien de esta manera pierde el control económico definitivamente sobre este plantel, aunque desde hace años tuvo que sacar las manos del manejo del dinero de éstos planteles. Se trata de un acto de justicia para las personas que trabajan en esta escuela, tan golpeada por la "ordeña" de recursos que durante años sufrió a manos del exalcalde y exsenador de la República, dejándolos apenas con lo necesario para trabajar. Se está acabando la minita de oro para darle la puntilla al "Rambo".