Editoriales

Fito y su nueva curul

A simple vista

Fito y su nueva curul

Fito y su nueva curul

LUIS LOZANO

Corría noviembre de 2013.

Rodolfo Dorador Pérez Gavilán era diputado federal por la LXI legislatura y el que esto escribe, un reportero vacacionando en la ciudad de México.

Como parte de ese tour capitalino, un servidor incluyó un partido de pretemporada de la NBA (Orlando Magic vs New Orleans Hornets), que como atractivo especial ofrecía la presencia de Gustavo Ayón, mexicano que en ese momento tenía contrato con el equipo floridense, y único militante en la liga más importante del mundo.

El partido se desarrolló en la arena ciudad de México, justo en la avenida Granjas de la delegación Azcapotzalco. Fue muy cerca de ese lugar donde se dio el enésimo encuentro entre este reportero y Rodolfo Dorador (van muchos, todos periodísticos), aunque en esta ocasión fue asunto de casualidad.

Había terminado el encuentro y junto a un par de amigos, caminaba rumbo a la estación Ferrería apurado por alcanzar viaje hacia el Centro, cuando me topé con "Fito", como le conocen sus cercanos.

Aparentemente emocionado, gritó a su acompañante que estaba dentro de una camioneta tipo Suburban (un hombre robusto, blanco, de cabello cano) el hallazgo que acababa de hacer.

Puso su brazo sobre el hombre del que esto escribe y, sin afán ofensivo, intentó presentarme. "¿Ya viste a este güey? Es el profe de basquet de mis hijos, en el Americano, allá en Durango". El otro hombre apenas si lo atendió, pues siguió atento a lo que ocurría en su teléfono celular.

Jamás lo corregí. Respondí a un abrazo posterior y seguí mi camino.

La llegada de Rodolfo Dorador a esa legislatura, la LXI, no fue por la vía del voto directo, sino mediante la representación proporcional. Podría decirse, pues, que su obligación legislativa no estaba con los duranguenses, sino con toda la fracción territorial correspondiente a la circunscripción por la que su partido, Acción Nacional, lo designó. Eso le dio margen de pretexto para alejarse de su tierra.

Ya entonces, tenía cuando menos 13 años radicando más en el Distrito Federal que en la ciudad de Durango, de donde es originario y por cuya alcaldía ha luchado, sin éxito, en un par de ocasiones.

Así, de 2000 a 2003 fue diputado federal en la LVIII Legislatura; después, pasó un periodo de tres años con tareas partidistas que le permitieron intercalar su estadía entre Durango y la capital del país. En ese tiempo se agregó a su currículum una estadía temporal como delegado del Instituto Mexicano del Seguro Social, cargo en el que poco destacó.

Y entre 2006 y 2012, obtuvo una senaduría que solo dejó unos meses para participar en la elección 2010.

Después, de 2012 y 2015, alcanzó la ya relatada diputación plurinominal, con la que cumplió 12 años viviendo de la nómina legislativa federal.

El encuentro de un servidor con Fito en la avenida Granjas fue significativo por una razón: sin que tenga la obligación de conocer a todo aquel que le saluda en su andar público, cualquier político puede corroborar lo básico que es identificar a los reporteros que cubren la agenda política local (un servidor era uno de ellos), para entonces desde hacía unos 7 años.

El ahora exdiputado se olvidó de este reportero y quizá de otros más; pero también se olvidó en buena medida de su estado.

Pero la lejanía que durante ese tiempo tuvo Rodolfo Dorador con Durango, le valió también el olvido de muchos duranguenses, que hoy lo tienen guardado -en el mejor de los casos- en el más profundo rincón de la caja de recuerdos colectivos. Otros ya no saben de él.

Y difícilmente domina algún tema social estrictamente vinculado con esta entidad. Pero él siente que tiene méritos para seguir representando a la sociedad de este estado; y hay quien le avala en esa intención de convertirse, por vez primera por cierto, en diputado local.

Fuentes al interior del PAN lo ubican como el primer inscrito en la lista plurinominal para el proceso 2016-2019, lo que le garantizaría espacio en el Congreso Local. Su mérito, sin lugar a dudas, no está en el reconocimiento social. Pero si todo sale bien (para él), dentro de poco más de tres años cumplirá 15 años siendo dueño de una curul.

DE REOJO // A manera de fe de erratas: En la entrega del martes, este servidor hizo referencia al catedrático y jurista Juventino Rodarte como parte del grupo autodenominado Vía Alterna, que encabezado por un par de políticos, sugiere la realización de ciertas actividades que permitan vigilar el quehacer de los partidos en la víspera del proceso electoral. Tras la publicación, el referido envió a un servidor una misiva en la dice no ser parte de dicho organismo. Vía Alterna, por su parte, sostuvo que Rodarte canceló su integración la noche previa a su presentación, sin exponer motivo alguno. Ya fuera de la fe de erratas: ¿qué vio Don Juventino para abandonar un barco al que, aparentemente había aceptado subir? Solo él...

Twitter: @luizork

Escrito en: a simple vista servidor, Dorador, reportero, Rodolfo

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Editoriales

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas