Error, expulsar a alumnos adictos

Expulsar de una escuela a un estudiante que consume algún tipo de droga no es la solución al problema; por el contrario: una medida de esa naturaleza termina por exponer más al joven.

Así lo consideró Everardo Legaspi Escobedo, subdirector de Coordinación Regional con Entidades Federativas Región 3 de la Conadic, quien mencionó que lo más seguro es que un joven expulsado de la escuela tenga que trabajar, y así tener acceso al dinero y, por ende, mayor facilidad para adquirir droga.

Hay que encontrar la manera de ayudar a estos jóvenes, sin que se conviertan en una mala influencia para sus compañeros, pero tampoco hay que dejarlos sin la oportunidad de salir adelante.

El entrevistado ubicó a Durango como un estado con un elevado consumo de marihuana, al igual que el resto de las entidades del norte del país.

Consideró que el consumo de drogas es cada vez más común debido a la facilidad y frecuencia con la que se pueden conseguir.

Además, la cercanía con personas adictas es un factor de riesgo, pues se puede caer en la imitación, influencia o probar por simple curiosidad.

Legaspi Escobedo remarcó que las escuelas deben ser lugares en los cuales se ayude a los jóvenes que tienen algún tipo de problema de adicción o corren ese riesgo, cuidando que la situación no afecte el entorno.

Actualmente la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic) tiene 340 centros de atención, 110 en la zona Norte y cuatro en el estado.