Los Retos de Enrique Ochoa en Durango
El pasado domingo cinco de Junio, se concretó en las urnas la transición político-partidaria. En Durango, lo anterior no fue un hecho aislado ya que en la mayoría de los estados que vivieron un proceso electoral, se consolidó un cambio de partido en el poder, siendo el PRI el más afectado.
Podrían analizarse múltiples motivos por los que Durango no estuvo ajeno a este fenómeno, el cual, cabe destacar, no se circunscribe únicamente a sacar a un partido para poner otro.
El PRI sucumbió, entre otras cosas por excesos en el ejercicio del poder, cuyos principales actores estuvieron ligados a grupos antagónicos a la ideología socialdemócrata. Pero más allá de eso, contrarios al sentido común, y su actuar, totalmente diferente a lo que dictan los cánones de la actuar en política, pues los caracterizó el desplazamiento a todo aquello que contrariase su modo de ver las cosas.
Del mismo modo se consolidaron "liderazgos" sin ninguna formación, que se caracterizaron únicamente por su obediencia bajo el lema de ultraderecha "el que obedece no se equivoca".
Este escenario político devino, a nivel nacional en la renuncia de Manlio Fabio Beltrones Rivera. Pero en Durango no pasó nada, lo cual obstaculizó el proceso de cicatrización y aumentó el disgusto de la militancia tricolor.
Posterior a asumir el timón del CEN del PRI, Enrique Ochoa Reza ha llevado a cabo una exhaustiva agenda de trabajo con la finalidad de recomponer al PRI rumbo a las elecciones del 2017, en donde está en juego uno de los últimos bastiones de este instituto político, y por supuesto, las elecciones del 2018.
En esta ocasión acude a Durango, en donde se encontrará con una militancia con gran desánimo posterior a perder la "madre de todas las batallas", pero a la par, con gran expectativa, pues se considera que la "sacudida", será benéfica para el PRI.
En una reflexión personal y a manera de propuesta como militante del PRI, considero que debemos entender que nuestro nuevo papel es jugar en la oposición, por lo cual propongo cuatro ejes de acción política.
1.- Renovar y Reestructurar el Comité Directivo Estatal y sus organizaciones políticas, dando oportunidad a nuestros mejores cuadros.
2.- Agrupar a las corrientes y cuadros interesados en seguir participando activamente dentro de nuestro partido, entendiendo nuestra realidad y evitando el clientelismo y el nepotismo en el ejercicio político.
3.- Incluir a ciudadanos que ejerzan un liderazgo real en los diferentes sectores de la sociedad, y a partir de ello, abanderar las causas y el sentir de los duranguenses.
4.- Conformarnos como una oposición responsable, agrupar a nuestros liderazgos (presidentes municipales, diputados y regidores), para vigilar el actuar y el cumplimiento de los compromisos del nuevo gobierno.
El PRI, tiene la oportunidad histórica de consolidarse como una oposición responsable, que reconozca las buenas acciones de los gobiernos, pero que sobre todo, genere un equilibrio en el ejercicio del poder, que evite excesos, y fortalezca la democracia en Durango.
Enrique Ochoa, tiene en Durango el reto de convocar a la unidad y ungir un liderazgo, alejado de lo que los duranguenses rechazaron en las urnas, con un rostro que desde el perfil, mande un mensaje diferente. De no ser así, la sociedad verá en el PRI más de lo mismo y repetirá la dosis por la lección no aprendida.
Twitter @jorgeivand