Conoce cuatro beneficios del aceite de oliva
El aceite de oliva es quizá uno de los aceites más comunes y sabrosos que existen, y que no pueden faltar en la alacena de tu casa o la casa de la abuelita.
Sus usos van desde un acompañante de una sana ensalada hasta un remedio ancestral para el empacho. Pero, ¿te has puesto a pensar en realidad en qué beneficia al cuerpo?
Este aceite, sobre todo el extra virgen, posee grandes virtudes y gracias a ellas suele recomendarse su consumo de forma diaria. Una de sus más reconocidas características es que el aceite de oliva, al ser un alimento de origen vegetal, no contiene colesterol y destaca su increíble equilibrio en la proporción de ácidos grasos insaturados, por lo que ayuda a la reducción del mismo.
El aceite de oliva es benéfico para los huesos, ya que aporta grandes cantidades de vitamina K que ayudan a incrementar la densidad ósea provocando su fortalecimiento y previene enfermedades como la osteoporosis; además, de que la aportación de esta vitamina previene el Alzheimer y el desgaste de las neuronas del cerebro.
CONTROLA LA GLUCOSA
El consumo de este aceite regula la producción de insulina pancreática, controla los niveles de glucosa y ayuda con el tratamiento en pacientes diagnosticados con diabetes o niveles de glucosa alta.
EVITA LA APARICIÓN DE ÚLSERAS
Ayuda a la asimilación de grasas, favoreciendo a la síntesis hepática de sales biliares y desciende la acidez gástrica, por lo que reduce el riesgo de la aparición de úlceras. Además, contiene grasas vegetales que son esenciales para el buen funcionamiento del organismo.