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¿Cuándo se jodió?

Jaque Mate

SERGIO SARMIENTO
"¿En qué momento se había jodido el Perú?" — Mario Vargas Llosa

¿Cuándo se jodió México? La misma pregunta que se hacía Zavalita en Conversación en la catedral de Mario Vargas Llosa, me la hago yo y muchos mexicanos también. Yo creo que fue el 5 de febrero de 1917.

Mucha gente piensa que México es pobre porque no se respeta la Constitución. La realidad es otra. México es pobre, y sufre de una debilidad creciente, por la misma Constitución. Nuestra actual carta magna levanta obstáculos a la inversión productiva y a los derechos individuales que golpean la productividad y la fortaleza del país.

En 1910 el producto interno bruto per cápita de México era de 1,680 dólares cuando Estados Unidos tenía un PIB de 4,964 dólares (Angus Maddison, The World Economy; dólares de 1990). El estadounidense promedio era 195 por ciento más rico que el mexicano. Para 2001 México tenía un PIB per cápita de 7,089 dólares mientras que Estados Unidos alcanzaba los 27,948 (Maddison). La diferencia era ya de 294 por ciento. En la actualidad México tiene un PIB promedio de 9,452 dólares mientras que el de Estados Unidos es de 56,084 (2015, FMI). La diferencia ha crecido a 493 por ciento. Si hacemos esta misma comparación con otros países, como Corea del sur, el resultado es todavía más negativo para México.

La historia oficial y los discursos de los políticos sostienen que la Constitución de 1917 nos rescató de la pobreza y el autoritarismo y nos hizo prósperos y libres. La visión es falsa. El crecimiento económico de México ha sido inferior al de otros países, como nuestro vecino del norte, que ha tenido hasta ahora mejores leyes y un mejor sistema económico.

Nuestra Constitución ha sido directamente responsable de muchos de los obstáculos que han impedido el desarrollo del país. El artículo tercero ha frustrado el objetivo de lograr una educación de calidad. El artículo 27, que en la Constitución de 1857 protegía la propiedad privada, le dio al gobierno en la de 1917 el control originario de todas las tierras y aguas, lo cual ha resultado en la fragmentación de la tierra y la falta de garantías a la propiedad que han empobrecido al campo. El artículo 123, en vez de promover una mayor actividad económica que creara empleos y beneficiara a los trabajadores, ha deprimido los salarios y ha enriquecido a los líderes sindicales.

La Constitución de 1917 fue mala desde un principio y representó un enorme paso hacia atrás en comparación con la carta magna liberal de 1857, pero ha venido empeorando. La Constitución de 1857 tenía 9 mil palabras (Diego Valadés) y tuvo 32 enmiendas (Fernando Serrano Migallón). La Constitución de 1917 nació con 21 mil palabras, pero a un siglo de distancia registra ya 699 enmiendas y se extiende a 65,447 palabras (Ernesto Núñez, Revista R, 5.2.17). El texto llega a absurdos como fijar los minutos diarios que tendrá el Instituto Nacional Electoral en radio y televisión y los miles de millones de pesos que debemos entregar a los partidos políticos cada año.

Las leyes son importantes porque establecen la base de la actividad económica y la prosperidad. Un país cuya legislación promueve la inversión productiva y defiende los derechos individuales, principalmente el de la propiedad, tendrá prosperidad y por lo tanto una mayor fortaleza para enfrentar los retos a su soberanía. Nosotros tenemos una Constitución excesivamente larga, parchada y contradictoria que no defiende los derechos individuales y que ha permitido el surgimiento de una clase política que ha abusado de los ciudadanos. Por eso estoy seguro del momento en que se jodió México: el 5 de febrero de 1917.

Los políticos mexicanos, encabezados por el presidente Enrique Peña Nieto, siguen rindiendo homenajes a la Constitución de 1917, como el de ayer. A ellos sí los ha beneficiado esta carta magna.

Twitter: @SergioSarmiento

Escrito en: Jaque Mate Constitución, México, dólares, 0

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