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¿Aparece la violencia de nuevo?

Pura Intuición

RAFAEL ALARCÓN

Editorialistas de todos los medios escriben de corrupción, nepotismo, violencia que es una realidad que estamos viviendo sin duda. La violencia no ha sido ajena a los procesos de transformación social de América Latina, violenta fue la conquista, violento el esclavismo, violenta la independencia; pero en la actualidad se habla de algo distinto y que se refiere a la violencia delincuencial y urbana, a la que se puede calificar de social, por expresar conflictos sociales y económicos, pero no de política, pues no tiene vocación de poder.

Los cambios producidos en la estructura de las ciudades producen un escenario de múltiples relaciones sociales, algunas de las cuales por su expresión conflictiva se manifiestan de manera violenta. La violencia no tiene su campo de acción privilegiado en zonas rurales sino en las zonas pobres de las grandes ciudades.

Michaud dice "la tarea de la teoría social es comprender la violencia como un fenómeno social, entre los demás, y es necesario situarla en la unidad del funcionamiento de la sociedad, ver sus funciones en el sistema", la violencia es lo inconceptualizable, lo imprevisible, desde este punto de vista la violencia es lo no social o lo social sin regla, es la pura negación del orden.

La violencia urbana como su nombre lo indica es la que ocurre en la ciudad, ella no distingue clase social, sexo, raza o religión, puede ser violenta la persona que viva en una urbanización residencial como el que vive en un asentamiento humano, en la violencia urbana no se puede dejar de lado la premeditación y alevosía con la que las personas actúan o cometen una infracción a la ley, con una clara y abierta predisposición a la violencia.

Así, la violencia urbana sería aquella ejercida en el marco de las relaciones sociales mediadas por la convivencia urbana, cuyas expresiones más frecuentes son el robo a mano armada, las amenazas, las agresiones, los golpes, los secuestros y el homicidio

Las primeras experiencias de la violencia se viven en la intimidad del hogar, lugar considerado como el espacio protector por excelencia. Así, por ejemplo, la violencia de género o la de los "métodos" de educación infantil legitiman una cierta forma de socialización originada en la intimidad familiar, que reproduce conductas violentas.

Es ahí en el seno familiar donde surgen los inicios y la presencia de la violencia social. ¿Qué nos está pasando? Los altos niveles de pobreza y extrema pobreza de la población son factores causantes del incremento de violencia urbana. En ciudades de los países en desarrollo, una de cada 3 personas vive en barrios marginales, y como los habitantes de estos barrios en general no pagan impuestos, muchas colonias consideran que no se tiene derecho a los servicios públicos ni a la seguridad. En consecuencia esta población se siente marginada por el Estado viéndose privada de los recursos básicos, lo que da lugar a confrontaciones violentas entre los grupos que compiten por los escasos recursos disponibles.

La clase media y los sectores adinerados ven a los pobres como una amenaza, y se sienten a sí mismos como víctimas de las agresiones y delitos. Se puede considerar esta acepción parcialmente cierta, la clase media por supuesto sufre la violencia pero quienes verdaderamente la padecen son los pobres mismos quienes son víctimas y victimarios en este proceso.

La baja calidad de la educación, los medios de comunicación que difunden conductas violentas generan modelos y valores delictivos a seguirse, La incorporación hacia el inicio de los estudios es alta especialmente en zona urbana, pero la continuidad de los estudios es baja, puesto que empieza a verse en la necesidad de buscar ingresos y si el medio productivo no los genera la escuela termina su función educativa y el adolescente busca los medios lícitos o ilícitos para lograrlos.

Entonces los niños y adolescentes que no estudian se encuentran en la calle, se exponen a todos los peligros y tentaciones, muchos de ellos salen al mercado laboral a buscar algo de dinero para satisfacer necesidades de la familia, esta deserción educativa es factor de gran importancia para el crecimiento de la violencia urbana. Si bien es cierto la educación formal no logra apartar del todo a los jóvenes de la violencia, pero la no educación hace que los jóvenes no logren insertarse en el mercado laboral y quedan sin vínculos sociales que les puedan proporcionar un sentido de futuro.

En cambio en las zonas rurales, al salir de la escuela pueden tener un trabajo, una ocupación aunque modesta, pero que le permite al adolescente organizarse y tener un sentido del futuro. Por ello la violencia prospera más en quienes nacieron en las ciudades y alimentaron sus sueños con el progreso urbano.

Un aspecto de importancia es además la cultura de las personas, para las familias que vienen del campo la ciudad representa un conjunto de beneficios que no obtiene en sus lugares de origen, beneficios como un hospital cercano, escuela para sus hijos, agua potable, electricidad, y con ello una refrigeradora o un televisor; en cambio las personas que nacen en la ciudad no encuentran nada novedoso en dichos beneficios, siempre estuvieron allí, sus aspiraciones son distintas a esto se conoce como inflación de las expectativas.

De alguna manera los medios de comunicación y la publicidad brindan un acceso a la información de productos y servicios que existen en la oferta del mercado, produciendo un incremento en las expectativas de la población, en la que todos tenemos la libertad de comprarlos, pero no la capacidad económica para hacerlo.

La violencia juvenil es una de las formas más visibles de violencia en la sociedad, los jóvenes violentos tienden a cometer una variedad de delitos, y acompañados a estos se presentan otros problemas como ausentismo escolar, abuso de sustancias psicoactivas, suelen ser mentirosos, compulsivos y conductores imprudentes y estar afectados por enfermedades de Transmisión Sexual.

Sin embargo, no todos los jóvenes violentos tienen problemas significativos, ni todos los jóvenes con problemas son necesariamente violentos. Hay conexiones cercanas entre la violencia juvenil y otros tipos de violencia, por ejemplo: presenciar actos violentos en el hogar, sufrir abuso físico o sexual puede condicionar a los niños o adolescentes de tal modo que consideren la violencia como medio aceptable para resolver problemas.

Un ejemplo claro de violencia juvenil es el accionar de las pandillas, cuando tratan de mantener su supremacía acaparando el territorio de otra pandilla, siendo un hecho seguro que originará un enfrentamiento encarnizado por el control del territorio en disputa.

Se considera a la violencia urbana como el producto de una relación social de conflicto que vincula por lo menos a un par de oponentes, actores, individuos o colectivos, pasivos o activos, que se cristaliza en un territorio y en un tiempo específico; viviéndose las primeras experiencias de la violencia en la intimidad del hogar, lugar considerado como el espacio protector y socializador por excelencia.

Es mi intuición qué hay signos evidentes de violencia en nuestro estado y es donde debemos de trabajar para después no lamentar hechos dolorosos como ya están pasando y creo que es un buen examen de nuestras autoridades económicas, educativas y de salud mental ¿o usted qué opina?

Escrito en: Pura Intuición violencia, todos, jóvenes, social

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