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José León Saldívar Zamora, un poeta durangueño casi desconocido

LETRAS DURANGUEÑAS

José León Saldívar Zamora, un poeta durangueño casi desconocido

José León Saldívar Zamora, un poeta durangueño casi desconocido

PETRONILO AMAYA

Nacido el once de abril de 1915, en el mineral de La Parrilla, Nombre de Dios, José León Saldívar es un escritor prácticamente desconocido en Durango a pesar de su calidad y de que en Saltillo, Coahuila (donde radicó gran parte de su vida y dio a conocer sus creaciones), es considerado como uno de los poetas mayores que ha dado México, este olvido tiene explicación en la trashumancia que marcó su vida, siempre en pos de mejores oportunidades de subsistencia, sin embargo no se justifica que un personaje de esta dimensión continúe segregado de su tierra de origen, sin que las instituciones encargadas del rescate y preservación de lo mejor en la cultura o algún promotor independiente hayan hecho algo por repatriar y difundir su obra, no obstante que ya pasaron 62 años de su desaparición física, pero su poesía se mantiene vigente y nuestro estado saldría ganando al contar con otro virtuoso de las letras, como Dolores Guerrero (la primera poetisa durangueña), Francisco Castillo Nájera, Nellie Campobello, Antonio Estrada, María Elvira Bermúdez, José Revueltas, Martín Gómez Palacio, Xavier Icaza, Olga Arias y Beatriz Quiñones, entre otros.

José León nació un año antes que María Elvira Bermúdez y uno después que José Revueltas, Octavio Paz y Efraín Huerta, situándose en esa generación, con la salvedad de que los demás jalaron para el Distrito Federal y él para el norte: su periplo fue de Durango a Torreón, de ahí a Saltillo, a Monterrey, Tamaulipas y de nuevo a Durango y Saltillo, donde echó raíces. Sus padres fueron don Arnulfo M. Saldívar Rueda, carpintero, y doña Rosario Zamora Odivaceda.

En Torreón cursa los primeros años de la educación primaria, en la escuela Torreón viejo. Ya en 1925 anda en Saltillo, acompañando a su padre en actividades de su oficio y de índole sindical (don Arnulfo, su padre, era un progresista y socialista activo). En la escuela Miguel López concluye su primaria y durante un año estudia en la Escuela Normal del Estado, por razones económicas abandona temporalmente su formación. Ingresa después a la Academia Comercial donde dura dos años y culmina esa etapa en otra academia privada que allá administraban los descendientes del Mtro. Apolonio M. Avilés. Ya con casi 20 años de edad intenta terminar su secundaría en el Ateneo Fuente, pero nuevamente debe abandonar su esfuerzo, para respaldar a su padre en sus actividades sociales.

Entre 1935 y 1941 recorre parte de Durango, Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila realizando diversos trabajos (albañil, boxeador) para subsistir. En Durango, su solar nativo, se desempeñó brevemente como profesor rural, siendo su inspector don Raúl M. Guzmán, quien lo promovió para cambiarse con su plaza a Tamaulipas, pero dejó el magisterio y después anduvo en Nueva Rosita, Coahuila, como peón, en la región minera. Ya en Monterrey se ocupó como carpintero, gracias a las enseñanzas de su padre, y ahí terminó su secundaria, en la Nocturna, siendo por esas fechas, según lo referiría don Arnulfo, que empezó a versificar, publicando luego sus dos primeras obras: "Poesías y prosas escogidas" y "Caminando por la niebla".

A principios de 1946 ingresa al Ateneo Fuente para cursar el Bachillerato de Humanidades, culminándolo en junio de 1947, según registros de la institución, cumpliendo, mientras estudiaba, la función de celador y dada su responsabilidad en ambos aspectos (el académico y el laboral) recibió la propuesta para convertirse en catedrático del Ateneo Fuente, impartiendo la materia de Geografía, donde laboraría hasta su tránsito final. El 3 de septiembre de 1948 se inscribió en la Escuela Normal Superior y culminó la especialidad de Ciencias Sociales el 15 de julio de 1952.

A finales de 1946 conoció a la señorita profesora Eglantina Manrique, quien se convertirá en su esposa el 16 de enero de 1949 y con la cual procreó tres hijos: el primogénito nació el 6 de diciembre de 1949, mismo que antes de cumplir un año partió a otra dimensión dejando a sus padres con inmenso dolor. El 19 de abril de 1951 nació Beatriz Margarita y el 30 de julio de 1953 Laura, completando la familia del poeta, lamentablemente, el infausto 8 de julio del 53, veintidós días antes de que naciera su hija, José León cayó gravemente enfermo, primero se dijo que aquello era Hepatitis infecciosa, pero en mayo del año siguiente sus amigos sufrieron gran impacto al enterarse que padecía "cáncer de los conductos biliares". Él conservó hasta el final la esperanza de restablecerse, sus amigos: Óscar Flores Tapia, Federico Berrueto Ramón, Hilda Sala, Altaír Tejada de Tamez, Alfredo Cardona Peña, Roberto Orozco Melo y Jesús Flores Aguirre, entre otros, sabían que era imposible.

El 19 de agosto de 1954, luego de 13 meses y ocho días de postración, a las 23 horas con diez minutos, el poeta durangueño de nacimiento José León Saldívar Zamora (antes de cumplir cuarenta años de edad) dejó de existir en Saltillo Coahuila, recibiendo al día siguiente sentido homenaje de la comunidad cultural de aquella ciudad. Poco después el número 15 de la revista Provincia fue dedicado a recordar la vida y obra de José León.

POEMARIOS DE JOSÉ LEÓN SALDÍVAR

-Caminando por la niebla, 1945, Saltillo, Coah.

-Poesías y prosas escogidas, 1945, Monterrey, N.L.

-Nocturnos, 1947, Monterrey, N. L.

-Poema interrumpido por el llanto, 1953, Saltillo, Coah.(segunda edición dentro del volumen José León Saldívar, publicado en 1976 por la Asociación de Escritores y Periodistas de Saltillo; tercera edición 1998, Instituto Coahuilense de Cultura, a iniciativa del escritor Julián Herbert)

LABERINTO DE ESPEJOS

Óscar Flores Tapia (escritor, ex gobernador de Coahuila): "Saldívar no fue un poeta más; fue un poeta con propia fulguración; dotado de peculiar emotividad, de percepción inusitada, de facultad creadora que se antoja portentosa y de una cultura finamente acendrada, supo encontrar en el mundo de la belleza paisajes inabordables para la mirada párvula y elemental. Se le tuvo por un poeta oscuro; pero oscuro fue Heráclito, el esteta de la filosofía; oscuro lo fue Góngora; oscura sor Juana Inés, en lo más genial de su obra; oscuro lo fue Ramón López Velarde, el nigromante de la zozobra. Oscuros y aún inexplicables para el gusto de su tiempo, han sido todos los que han operado las grandes transformaciones artísticas…sabemos bien que las generaciones por venir, evaluarán con el rigor de sus juicios la obra de Saldívar, y será entonces cuando los críticos, los panegiristas, los exégetas, los biógrafos y los prosélitos buscarán en la vida de José León, los motivos que definen su obra, sus elementos integradores, su técnica artística, el torturado origen de sus temas y la opinión de sus coetáneos…" (Revista Provincia número 15, verano de 1954).

Armando Fuentes Aguirre "Catón": "…Rebelde, iconoclasta, era Saldívar. Por entonces la figura más respetada de la literatura coahuilense era don José García Rodríguez, excelente poeta de acentos clásicos nutrido en la gran fuente de las letras castellanas. Pues bien: decía Saldívar que don Pepe escribía sus poemas con una regla en la mano, para medir los versos, y que todos salieran "parejitos". De Chuy Perales, director de la Normal, decía que era un gran genio de las Matemáticas, pues había descubierto unos números desconocidos por Pitágoras y Euclides: los números bailables. Decía eso Saldívar porque con ese nombre, "número bailable", se anunciaban en las veladas normalistas las danzas que ejecutaban las muchachas… A una ciudad que rimaba "alma" con "calma" y "pasión" con "corazón", Saldívar trajo las novedades de Neruda y todas esas herejías que en la tierra de Acuña eran insoportable heterodoxia: el verso libre; palabras raras como "telúrico" y "onírico", y una cierta sensualidad erótica que causaba soponcios a las damas en las pacatas tertulias literarias." (VANGUARDIA, Aquel poeta que fue/ Columna / 17 Mayo 2010).

Escrito en: LETRAS DURANGUEÑAS José, poeta, León, Saldívar

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