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San Luis de las Peras

Sumergidos en Villa del Carbón

San Luis de las Peras

San Luis de las Peras

Iván Santiago Marcelo

Cuando los niveles líquidos descienden, lugareños y turistas contemplan las ruinas de la comunidad; se distinguen elementos como el templo y la hacienda de Javier Rojo Gómez.

En 1931 la historia de la comunidad otomí San Luis de las Peras quedó sepultada de un modo infrecuente. El poblado fue inundado para construir la presa Taxhimay con miras a abastecer de agua al estado de Hidalgo. Sin embargo, la localidad destinada a desaparecer hoy en día es un importante sitio turístico de Villa del Carbón, un Pueblo Mágico en el Estado de México.

Desde la orilla del embalse puede apreciarse la torre de la iglesia sumergida. Los visitantes tienen a su disposición recorridos tanto en un barco colectivo como en lanchas individuales. Si durante la jornada les da hambre, no hay como disfrutar de una deliciosa trucha.

Los restos pasados por agua ahora pertenecen a San Luis Taxhimay. Cuando los niveles líquidos descienden, lugareños y turistas contemplan las ruinas de la comunidad; se distinguen elementos como el templo y la hacienda de Javier Rojo Gómez.

Según María José Ruíz Arellano, de la Dirección de Turismo municipal, la tranquilidad y el aire puro que se respira en las tres presas de Villa del Carbón atraen a un gran numero de turistas de la tercera edad, al igual que a promotores de actividades ecológicas.

Además, familias completas y grupos de amigos acuden a la presa del Llano, un lugar muy visitado pues se ubica a 18 minutos del centro de la demarcación y en sus terrenos hay 26 cabañas ecológicas, tirolesa, paseo a caballo, renta de lancha de remos, zona de campismo y restaurantes que ofrecen gastronomía típica.

También se pasa un día agradable en la presa Benito Juárez con actividades como cabalgatas, caminatas, pesca deportiva, paseos en cuatrimotos. Por el centro histórico de esta localidad el atractivo consiste en fatigar las calles empedradas y admirar casas de adobe decoradas con tejas rojas. Aquí es obligado visitar la parroquia de la Virgen de la Peña de Francia y la casa de la cultura con su construcción de estilo neoclásico del siglo XVII.

Para llevarse un recuerdo de Villa del Carbón, nada como acudir al Mercado de Artesanías edificado a finales del siglo XIX. Sus locales aguardan en la calle Allende de este municipio mexiquense.

La charrería está muy arraigada en la comunidad. Durante la estancia se recomienda conocer un poco más acerca de esa tradición que llegó a México en la época prehispánica y que se puede disfrutar en el Lienzo Charro Cornelio Nieto, muy cerca de la cabecera municipal.

En el callejón de la Bugambilia el turista degusta el típico rompope en varios sabores, mientras que en los diferentes establecimientos de la zona centro el visitante encuentra diversos tipos de cerveza artesanal.

La mayoría de los habitantes se dedican a la curtición de la piel. En la calle principal de Villa un gran número de tiendas ofrece a los transeúntes productos como botas, chamarras, chalecos, billeteras, bolsas, zapatos, entre otros.

Hay más de cien talleres en los que trabajan con pieles. En el catálogo hay opciones tanto regulares como exóticas: conejo, ternera, becerra, venado, lizagarto, víbora, cocodrilo, tiburón, mantarraya.

María José Ruíz destacó la cercanía de Villa del Carbón con respecto a la capital del país. Resaltó que es un Pueblo Mágico ideal para refugiarse del ajetreo de la gran urbe, convivir con la naturaleza y disfrutar de la calma que se deposita en sus pintorescas calles.

Las personas que deseen adentrarse en la historia de un pueblo otomí sumergido, tres presas y construcciones con siglos de existencia, pueden llegar desde la Ciudad de México en colectivos a tomar a las afueras de las estaciones de metro Politécnico y El Rosario. Los operadores conducen directamente al centro del municipio mexiquense.

Para quienes prefieran o no tengan otra opción que el automóvil particular deben incorporarse al anillo Periférico Norte, salirse por Atizapán de Zaragoza, continuar por Villa Nicolás Romero y no olvidar que la carretera estatal 5 los llevará a buen destino.

Escrito en: Villa, centro, disfrutar, Luis

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