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Cierra los ojos y mira

LETRAS DURANGUEÑAS

Cierra los ojos y mira

Cierra los ojos y mira

ENRIQUE ARRIETA SILVA

Jamás podré olvidar una de las páginas principales de Excélsior de hace años, en la que aparecía una fotografía de Jorge Luis Borges, acariciando con sus manos la pirámide del Sol en Teotihuacan, al mismo tiempo que con emoción expresaba: "se siente la grandeza." Su emoción era auténtica, así lo reflejaba su venerable rostro. L e regatearon el nobel, pero nadie podría regatearle la emoción de sentir la grandeza del mundo prehispánico de México.

Desde entonces, más bien desde siempre, he tenido admiración por quienes teniendo capacidades diferentes, con tenacidad vencen todas las dificultades que se interponen en su desarrollo, que parecerían imposibles de sortear, lo que los lleva a expresar con firmeza: "que todos somos iguales y distintos a la vez."

Por ello cuando llegó a mis manos el libro Cierra los ojos y mira, publicado por el Centro de Estudios para Invidentes de Durango A. C. en su primera edición en el mes de diciembre del 2016, escrito por Ángel Emmanuel Meráz, con diseño de interiores y cubierta de Iliana Monarrez, así como autora de las fotografías que ilustran sus páginas.

La presentación, muy bien escrita por Anahí Thomsen Gallardo, misma en la que con ternura se refiere al caso de Ana Pau, una pequeña de seis años, invidente que corrió tres kilómetros, para reunir dinero y apoyar la causa los invidentes del Centro de Estudios de Invidentes de Durango.

El libro está compuesto de los siguientes capítulos: Bienvenidos al mundo! Cambios, cambios y más cambios, La vida sigue su curso, Tecnología, deporte y actividades extraescolares; Ángeles en la tierra, Vencer la discriminación, La discriminación visual al servicio de la comunidad, además de la conclusión. Todos ellos aleccionadores y llenos de tenacidad, esperanza y fe.

Los pilares centrales del libro son Abril y Emmanuel Meraz Hernández; Abril con debilidad visual y Emmanuel con ceguera, siendo escrito por el segundo de ellos como ya se dijo, a base de comentarios inteligentes y acertados de él y su hermana Abril y de entrevistas elocuentes a Beto, Aleida, Enya y Gustavo, todos ellos miembros del Centro de Estudios para Invidentes de Durango A. C. que en el devenir de 87 páginas relatan los escollos que su voluntad venció desde sus estudios de primaria, secundaria, preparatoria, licenciatura y en su vida profesional, en la que laboran con éxito, y cuya vida como ellos dicen con énfasis no ha sido ni mejor ni peor que la de nadie, pues solamente contiene experiencias alegres, tristes, sencillas y difíciles como la de cualquiera de los demás.

Siempre me ha parecido el mundo de los invidentes un mundo de admiración y de respeto, pero no de lástima, lo que es más, cuando en la calle o en el interior de un restaurante, observo a un invidente o débil visual caminar con seguridad empuñando su bastón, pienso que ese bastón más que parte de su herramienta, es un bastón de mando en torno a lo que lo rodea.

Escrito en: LETRAS DURANGUEÑAS mundo, Estudios, libro, Emmanuel

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