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Alimentos que no alimentan

Descubre la fórmula adictiva de la comida “chatarra”

Alimentos que no alimentan

Alimentos que no alimentan

Adriana Guadalupe Miranda

Pizza, papas fritas, helados, galletas, refrescos entre otros alimentos que aunque pudieran resultar deliciosos para el paladar y provocar una sensación de saciedad momentánea, no aportan nutrientes al cuerpo pero resultan altamente adictivos.

Pero, ¿qué es lo que provoca esa adicción? Mónica Falconer López Etienne, coordinadora Jurisdiccional del programa Mídete, Nútrete y Actívate de la Secretaría de Salud de Coahuila, explica que la “fórmula mágica” de esos productos son tres: sal, azúcar y grasa. Ingredientes que asegura, que añadidos en las proporciones exactas, provocan reacciones cerebrales muy similares a las que producen algunas drogas potentes.

Menciona que este tipo de comidas adictivas no sacia, no nutre y resulta casi imposible dejar de ingerirla. Señala que existen sabores que hacen que un alimento sea más adictivo, hay una liberación masiva de dopamina, neurotransmisor, llamado hormona de la felicidad, que libera una sensación placentera que domina al cuerpo a no poder parar de comerla. El secreto de la adicción está en la combinación de los tres “ingredientes mágicos”.

Detalla que la sal, potencializa mucho los sabores de todas las comidas y los productos procesados la utilizan en forma invisible, “por lo tanto no la percibimos, consumimos un exceso de sodio y sales que no nos damos cuenta, atentando a nuestra salud. Embutidos, sazonadores, sabores artificiales, botanas, aceitunas, pizza”.

El problema que causará es que si se ingiere más del doble de la cantidad recomendada diariamente entre tantos productos procesados, provocará enfermedades cardiovasculares, renales y cerebrovasculares, así como hipertensión.

Mientras que la grasa que la podemos encontrar en forma de mantequilla, lácteos enteros, quesos grasos, yogures, productos de panificación, productos cárnicos con alto contenido de grasa saturada (chicharrón, tocino, chorizo, etc.), embutidos, productos fritos, empanizados y lampreados, botanas y frituras, aderezos cremosos, chocolates, helados, pasteles, galletas.

Ésta se maneja también de forma invisible en los alimentos procesados, donde se adicionan grasas industrializadas y los hace más atractivos, mejora la textura y eso le gusta al cerebro, además no es detectada por el cerebro, lo cual inactiva los mecanismos de saciedad del organismo.

El problema que generará, si no se reconoce la grasa se podrá consumir grandes cantidades y ocasionar una gran acumulación de grasa corporal en el cuerpo, lo cual crea un tejido adiposo parecido a un tejido anómalo inflamatorio que trasmite sustancias que intoxican al hígado, al cerebro y nos predispone a tener arterosclerosis que puede desencadenar riesgos cardiovasculares, diabetes, hipertensión.

En cuanto al azúcar, la especialista comentó que muchos de esos alimentos procesados aun y cuando su sabor es salado, contienen azúcar invisible como la salsa de tomate, los aderezos, galletas saladas, botanas y más.

“El azúcar libera serotonina que nos relaja y mantiene tranquilos ante el estrés de cada día, por lo que se vuelve un ciclo de adicción a los carbohidratos y una persona puede comer algo dulce cada dos horas”, explicó Falconer.

Y el problema que ocasionan estos alimentos ricos en azúcares, es que el organismo puede caer en una resistencia a la insulina y una falla del páncreas para poder disminuir los niveles de glucosa en la sangre. El cuerpo metaboliza el exceso de glucosa en forma de grasa y esto ocasiona que se genere tejido adiposo. Ademas de promover enfermedades como la diabetes.

Para evitar “caer en la tentación”, Falconer hacer referencia a la edición 'Emodieta. Controla tus emociones, controla tu peso' de la doctora Reina García Closas, investigadora y coautora, en el que señala que las emociones y los estados de ánimo influyen en la ingesta de alimentos, en los hábitos alimentarios y en el aumento de peso y a la inversa: el tipo de dieta influye en el estado emocional y en la resistencia al estrés.

Para la autora, todo ello es la clave por la que tendemos a engordar o no mantener el peso perdido a pesar de saber conscientemente cómo adelgazar.

Ante ello la especialista Mónica Falconer recomienda: Tomar alimentos y suplementos que contengan precursores de dopamina como la tirosina (por la mañana, cuando tenemos el pico de dopamina en el cerebro), como son: almendras, manzanas, sandías, cerezas, yogur, frijoles, huevos y carnes. Y también de serotonina como el triptófano (por la tarde, cuando tenemos el pico de serotonina cerebral), como la avena, lentejas, fresas, aguacate, papaya, mangos, Evitar consumir productos adictivos. Utilizar sustitutos para disminuir la ansiedad, como hacer ejercicio, escuchar música, tomar un baño, salir a dar un paseo, conversar con los amigos, etc. Enfrentar las dificultades de la vida de forma eficaz, buscar soluciones que cuiden el bienestar y nos alejen de las malas emociones. Comer alimentos lo mas natural posible.

“El azúcar libera serotonina que nos relaja y mantiene tranquilos ante el estrés de cada día, por lo que se vuelve un ciclo de adicción a los carbohidratos y una persona puede comer algo dulce cada dos horas”.

Mónica Falconer López Etienne,

Coordinadora Jurisdiccional del programa Mídete, Nútrete y Actívate de la Secretaría de Salud de Coahuila

Escrito en: productos, alimentos, grasa, cada

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