El futuro del planeta depende en gran medida de lo que hagamos ahora. Cada vez son más países los que adoptan la economía circular, la cual se orienta a fortalecer la relación entre el uso de recursos naturales de manera sustentable y -al mismo tiempo- reducir al mínimo la generación de residuos.
México se ha movido también hacia esa dirección, como lo demuestra el interés por utilizar mejores y más eficientes fuentes de energía, fortalecer la conciencia en términos de reutilización o reúso de materiales.
Un ejemplo claro de ello es la entrada en vigor de la nueva norma en materia de separación de basura, en la Ciudad de México, en la que será obligatoria la división entre residuos orgánicos, inorgánicos, y dentro de éstas, reciclable, no reciclable y objetos voluminosos de manejo especial.
Sin embargo, el esfuerzo para llevarlo a la práctica en todo el país aún no es suficiente. Cada día, México genera más de 100 mil toneladas de desechos, según varios organismos, entre basura orgánica, inorgánica reciclable, no reciclable y de manejo especial; tristemente apenas se aprovecha 10% de este total, aun cuando hay plantas especializadas en la recuperación de materiales reusables.
De éstos al menos 40% de materiales ferrosos son guardados en casas o bodegas, ya sea como fierro viejo, electrodomésticos que terminaron su vida útil, pero tampoco se reúsan o se reciclan.
Otro 50% va a parar a rellenos sanitarios y tiraderos a cielo abierto, lo que constituye un problema de impacto tanto en términos de contaminación de agua y suelo e incluso de aire, lo que representa la pérdida de una oportunidad para detonar un mercado de creciente valor como es el del reciclaje y generar mejores cadenas de valor.
Hasta el momento México ha aprovechado poco la oportunidad de generar un cambio social y económico a través del reciclaje y el aprovechamiento de materias primas; en parte, debido a que prevalece la opacidad, vacíos legales por la falta de un marco legal que incentive esta actividad y una mayor conciencia sobre el reúso de los recursos.
La aprobación en la Ciudad de México de la norma NADF-024-AMBT es una señal positiva para la sociedad y la industria que puede encontrar en los desechos la riqueza oculta necesaria para impulsar un modelo más amigable con el medio ambiente.
Por eso es pertinente poner en claro reglas del reciclaje de materiales ferrosos, resulta un tema de interés nacional, si consideramos que los estados que tienen más participación en la Industria Metal Mecánica son Nuevo León, Coahuila, Chihuahua, San Luis Potosí, Zacatecas y algunos estados del Bajío.
Plantear un modelo de economía circular que supera el modelo tradicional de producir-consumir-tirar de manera lineal, es el reto más importante para la industria del reciclaje, que es cada vez más consciente de su papel en la transformación necesaria para el futuro.