Editoriales

La apuesta

Vida Pública

La apuesta

La apuesta

JESÚS MENA VÁZQUEZ

La recién terminada asamblea nacional del PRI canceló los candados estatutarios impuestos para evitar que simpatizantes de ese partido accedieran a las candidaturas de los puestos de elección popular más importantes, incluida la de la Presidencia de la República.

Este movimiento pone de manifiesto que el Presidente de la República, como miembro destacado de ese instituto político, mantiene una amplia influencia sobre las decisiones más importantes que se toman al interior del partido.

Abrir la candidatura a un "externo" al partido está en el interés del Presidente porque amplía de manera importante las opciones del PRI rumbo a la cada vez más cercana elección presidencial del año próximo. Varios miembros del primer círculo presidencial estarían imposibilitados para obtener la candidatura en caso de que los candados estatutarios se mantuvieran vigentes.

Además del interés del Presidente por ampliar el número de aspirantes en su partido para sucederlo, abrir la candidatura al máximo puesto de elección popular a un candidato externo parece ser la única opción que tiene en estos momentos ese partido para tratar de ser competitivo en la próxima elección presidencial.

Si tomamos en cuenta los bajos niveles de aprobación que tiene el Presidente de la República y sumamos que el PRI acumula el mayor número de negativos a nivel de partidos entre la población y las noticias que se acumulan día tras día sobre los exgobernadores que hoy se encuentran en prisión acusados de desvío de recursos, la apuesta por un(a) candidato(a) que se asuma una posición de centro (en términos ideológicos) y se perciba cercano a la sociedad pareciera la apuesta con mayores posibilidades para mantenerse competitivo ante un escenario electoral totalmente adverso.

Es claro que la lucha para el o la candidata simpatizante del PRI será complicada ya que en primer lugar tiene que unificar a un partido que cuenta con un segmento importante de cuadros que no están de acuerdo en designar a un candidato sin trayectoria partidista. En un segundo momento, quien resulte seleccionado como candidato o candidata, tendrá luchar por la preferencia de un electorado que, por el momento, mantiene a ese partido en un tercer lugar en las preferencias electorales.

Hace pocos sexenios, el "destape" del candidato del PRI se consideraba el principal evento político del sexenio. Hoy, en la época de la alternancia, es un movimiento más en el ajedrez político del país para ganar la elección presidencial.

Twitter: @jesusmenav

Escrito en: partido, elección, Presidente, candidato

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Editoriales

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas