Rinden homenaje a Torres Cabral

El "gurú de los pintores duranguenses", sobrenombre que reconocidos críticos mexicanos como Carlos Blas Galindo y Raquel Tibol le otorgaron a Adolfo Torres Cabral, fue recordado a más de dos meses de su partida.

La noche del viernes se inauguró la exposición 'Entre la pena y la nada', un homenaje póstumo coordinado por el Instituto de Cultura del Estado de Durango en el Museo de Arte 'Guillermo Ceniceros'.

Al lugar se dieron cita parte del gremio cultural, amigos cercanos y familiares del artista plástico, quienes tuvieron la oportunidad de admirar una vez más parte del legado del fallecido duranguense a través de su obra que se caracterizaba por el empleo de la técnica tempera y por el uso de pinceles que él mismo fabricaba, aspectos que en su momento hicieron que la fotógrafa italiana Tina Modotti lo llamara "el mejor pintor duranguense de su época".

Pero en vida tuvo más sobrenombres. Algunos se referían a él como el 'Fauno', un ser mitológico que en repetidas ocasiones pintaba en sus cuadros a manera de autorretrato. Otros lo apodaron 'el diablo' porque vivía en 'La Trinidad', una casa en la que según un mito urbano, el diablo se apareció durante una fiesta.

Sus allegados lo recuerdan como un "amante de los buenos libros, la buena cocina y sobre todo del mezcal", especialmente como un "viaje incansable" que disfrutaba pasar largas temporadas en Afganistán, Inglaterra, Nueva York, París o incluso la India, donde habitó por varios años, pero sin duda el arte y la historia lo recuerda como el "gurú de los pintores duranguenses".