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Alerta por las adicciones

PADRES E HIJOS

Alerta por las adicciones

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IGNACIO ESPINOZA GODOY

Resulta muy preocupante que en nuestra sociedad se observe por las calles a grupos de varones adolescentes o, incluso, de manera individual, que caminan con cigarro en mano como presumiendo su masculinidad, como si buscaran llamar la atención de los demás o, simplemente, para sentirse adultos, cuando saben perfectamente el daño terrible que le están causando a su cuerpo debido a que, por lo menos en la escuela, se les ha enseñado que el tabaquismo es causa de muchas enfermedades que pueden derivar en una muerte prematura, cuando tienen toda una vida por delante, un futuro prometedor sin necesidad de recurrir a un estimulante.

Esta actitud, de manera lamentable, no es exclusiva de los hombres, ya que también se puede constatar cómo algunas jovencitas adolescentes hasta se jactan de que fuman cigarros de los más costosos, cuando parecen ignorar que más caro les resultará en el futuro atender todos los padecimientos que sufrirán a causa de esta adicción que, en no pocos casos, llega a ser mortal en ocasiones a una corta edad, cuando el vicio ya hizo sus estragos en diversos órganos del cuerpo de manera irreversible, cuando de verdad ya no se puede hacer nada por remediar dichos males.

Muchos se preguntarán cómo es posible que esos menores de edad (mujeres y hombres) hayan caído en las garras de esa adicción, sin que sus padres se hayan dado cuenta, o si estos ya se percataron de esta situación, cuestionan la pasividad o la complicidad para permitir que sigan fumando, con lo que sólo alientan que sus vástagos continúen por ese camino como si nada ocurriera, mientras que con el paso del tiempo ese vicio va ocasionando estragos en su salud que más tarde ya no tendrán curación ya que son como huellas que no se pueden borrar por más que se intente, ya que si el daño está hecho, difícilmente se podrá erradicar.

También, habrá muchos adultos que se preguntarán qué hicieron para que sus hijos ahora sean rehenes de esa adicción que representa el tabaquismo, sin que quieran ver la realidad si muchos de estos mayores de edad, con el ejemplo, empujaron a sus vástagos a las garras de ese vicio, pues si durante todo el tiempo, por cada rincón del hogar, las cabezas de la familia se pasean cigarro en mano, llenando de humo y de agentes tóxicos cada habitación, con el riesgo inherente contra la salud de todos sus moradores como fumadores pasivos.

Me viene a la menta una anécdota de una señora que acudió con el doctor en virtud de que desde hace tiempo experimentaba fuertes dolores, así que una vez que fue examinada y luego de que se le practicaron varios estudios, el galeno le informó que tenía cáncer en los pulmones, una noticia de la que la paciente, en principio, no podía dar crédito, sobre todo considerando que ella no fumaba.

Sin embargo, el doctor, previamente, le reveló que la causa de sus males era el tabaquismo, por lo que la exhortó a dejar de fumar. La sorpresa por dicha noticia la hizo reaccionar, al principio, con incredulidad, pero luego comprendió que durante mucho tiempo estuvo expuesta al humo que surgía de los incontables cigarros que su esposo fumaba en su presencia, lo que le ocasionó esa terrible enfermedad que ahora la tenía al borde de la muerte.

Demasiado tarde, su esposo y ella comprendieron la gravedad de la adicción, pues poco a poco fue consumiendo la salud de la madre de familia, que nunca le prestó la atención a pequeñas molestias que generaba la enfermedad.

Tomando de ejemplo esta historia, surgida de la vida real, amable lector, los padres de familia debemos estar plenamente conscientes de que las adicciones, como el tabaquismo o el alcoholismo, también pueden causar mucho daño a los que más queremos, por lo que estamos obligados a no transmitirles ese tipo de hábitos negativos, que en ocasiones los lastiman más de lo que pensamos y que pueden adquirir inconscientemente, situación ante la que no se puede hacer mucho si los progenitores no tienen la suficiente autoridad moral para prohibirlo si ellos mismos son víctimas de las garras del vicio.

De nosotros depende que los hijos sigan nuestros pasos, pero para imitar los buenos ejemplos, los hábitos que les ayuden ser mejores personas, no para seguir un modelo que sólo les acarreará problemas de todo tipo en los diferentes ámbitos en los que se desenvuelven.

Todos conocemos historias de familiares o amigos cercanos que han padecido por que uno de los suyos ha sufrido enfermedades incurables causadas por el cáncer, derivado del tabaquismo, y se trata en ocasiones de verdaderas tragedias cuando se presenta un desenlace fatal.

Por ello, estimado lector, si en realidad aspiramos a que nuestros crezcan y se desarrollen en un ambiente saludable, el mejor legado que les podemos dejar es el de ponerles el ejemplo en el sentido de que los padres estamos libres de cualquier adicción, sobre todo la del tabaquismo, lo que inconscientemente ellos tomarán como un hábito propio para vivirlo y transmitirlo a las próximas generaciones.

Escrito en: Padres e hijos tabaquismo,, pueden, causa, salud

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