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¡Hay que comer chiles!

Gaby Vargas

Por equivocación o por placer, lo hemos sentido: un fuego explosivo invade la boca, la lengua y la garganta arden angustiosamente, la cara enrojece, los labios forman una O mayúscula y emitimos jadeos al mismo tiempo que nuestros ojos lagrimean, la frente suda y nos sale vapor por las orejas. Bebemos agua con la esperanza de que el picor se alivie... pero de nada sirve. Bueno, ¿por qué nos torturamos? Es inquietante saber que a cuatro de cada cinco personas en el mundo nos gusta comer chile, y que su consumo aumenta día a día. Incluso hay quien no concibe un alimento sin este pequeño diablo.

Todos los chiles contienen un compuesto que se llama capsaicina. Entre más picante es el chile, más capsaicina contiene. El picor se mide en unidades Scolville, que van desde el pimiento dulce, con cero unidades, hasta el incendiario habanero, con 300 mil unidades. La capsaicina es un extraordinario antiinflamatorio, analgésico, anticancerígeno y muy saludable para el corazón. La podemos encontrar en los chiles frescos, secos, en vinagre y en las salsas picantes embotelladas. Beneficios de los chiles y de la capsaicina 1. Son una maravillosa fuente de vitamina A, tienen el doble de vitamina C que los cítricos y fortalecen el sistema inmunológico. 2. Antienvejecimiento. Los chiles tienen una alta concentración de dos grandes antioxidantes: betacarotenos y flavonoides que neutralizan los radicales libres. 3. Ayuda al dolor de cabeza. Cada vez que algo nos duele, un neurotransmisor llamado sustancia P se activa, provocando que ese dolor persista y que la zona afectada se inflame. Las investigaciones demuestran que, al consumir alimentos que contengan capsaicina (chiles), se puede suprimir temporalmente la producción de la sustancia P. La capsaicina, inhalada en aerosol, es muy efectiva para aliviar migrañas y dolores de cabeza y del trigémino. 4. Ayuda a aliviar la artritis. Es muy común que las personas que sufren de artritis contengan altos niveles de sustancia P en su sangre y en el líquido sinovial que baña las coyunturas. Una vez más, consumir alimentos con capsaicina o aplicarla de manera tópica puede proporcionar un gran alivio. 5. Ayuda a aliviar la sinusitis. La capsaicina también posee fuertes propiedades antibacteriales, aparte de ser muy efectiva para prevenir y atacar las infecciones crónicas de los senos paranasales (sinusitis). 6. Antiinflamante. La capsaicina es un potente antiinflamatorio que se usa para aliviar dolores musculares y reumáticos. 7. Disminuye el colesterol malo. 8. Protege el estómago y ayuda a la digestión. El consumo de capsaicina provoca que el estómago genere más mucosidad, lo cual protege a este órgano de sus propios ácidos gástricos. Ahora, mientras el estómago esté sano, me dice el doctor José María Subirán, el chile no irrita el estómago. Si éste ya está dañado, entonces sí se debe evitar el consumo de irritantes. 8. Anticancerígeno. Los estudios comprueban que el consumo diario de capsaicina puede prevenir algunos tipos de cáncer. Por ejemplo, en los países de Centro y Sudamérica, el índice de cáncer de intestino, colon y estómago es mucho menor que los reportados en Estados Unidos. Esto se atribuye al consumo frecuente del chile. A su vez, en China y Japón descubrieron que esta sustancia inhibe directamente el crecimiento de células con leucemia. 9. Quema las grasas. ¡Por si fuera poco, la capsaicina es un agente termogenito que ayuda a elevar la actividad metabólica, ayudando así al cuerpo a quemar grasas y calorías! 10. Producen endorfinas. Comer chile genera un estado placentero que, a su vez, provoca una sensación similar a la de estar deliciosamente aturdido. ¿Será por todo lo anterior que cada vez más adeptos, cual si fuera una droga, perseguimos comer y sazonar con llamas nuestra comida? Además de deliciosos, son muy sanos... ¡Hay que comer chiles!

Escrito en: capsaicina, consumo, sustancia, comer

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