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La sacudida que México necesitaba

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La sacudida que México necesitaba

La sacudida que México necesitaba

JORGE PÉREZ ARELLANO

Desde aquella guerra que el Gobierno Federal declaró a los cárteles de la guerra en diciembre de 2006, México generalmente figuraba en la prensa internacional por temas como narcotráfico, corrupción y escándalos políticos.

Ahora, México destaca en el mundo en el marco de una tragedia, de un desastre natural que ha logrado sacar lo mejor de los mexicanos: la solidaridad. Una voluntad de apoyo y ayuda al prójimo que, cuentan quienes lo vivieron, desde 1985 no se veía. Y eso tiene asombrado a la comunidad internacional.

¿Cómo describir a esos mexicanos que, sin importar lo que pueda suceder, arriesgaron su vida para tratar de rescatar a personas de entre los escombros?, ¿Cómo explicarle a nuestros hijos que esos víveres que miles de grupos y asociaciones han recolectado en gran cantidad son para apoyar a gente en desgracia?, ¿qué palabras debemos usar para describir a nuestras fuerzas armadas, esas que en la última década fueron tan desprestigiadas por los estragos de una guerra y que ahora soportan losas para ayudar a su pueblo?

Nuestros padres y abuelos describen al México del 85 como un pueblo que salió a las calles para ayudar ante la ausencia del Estado. Hoy los jóvenes, con otra mentalidad, con mejor tecnología, salieron a las calles a unir esfuerzos con el Estado, a presionarlo, a coordinarlo... a movilizarlo. Y a pesar de la distancia, a través de las redes sociales, esos a los que llamamos "millennials", fueron capaces de organizarse. Un click bien direccionado en internet pudo ser tan efectivo como aquellos palazos en la zona de escombros.

Y después del shock, a la par de las labores de rescate, el México que acababa de despertar tenía ganas de más: y se fue contra los partidos, contra los políticos, esos grandes lastres que durante décadas se sirvieron del pueblo. Lo saquearon, lo dejaron moribundo, pero no lo mataron.

La presión obligó a los partidos a renunciar a los recursos para campañas políticas. A regañadientes, con excusas, pero sabiendo que decir que no podría ser la chispa que detonara un estallido social. Pero la presión no termina ahí; ahora va contra pensiones y gastos innecesarios de funcionarios y exfuncionarios. Esto apenas comienza. Y ellos lo saben.

A funcionarios federales como a Miguel Ángel Osorio Chong, y a delegados de zonas afectadas, como el de Xochimilco, los corrieron a patadas y empujones de la zona de desgracia. Al Gobernador de Morelos lo lincharon mediáticamente por el desvío de víveres; a los diputados y senadores les reclamaron su desaparición, y les advirtieron que vendrá el castigo en las urnas.

Ese es el México que despertó. El México que estaba moribundo, llorando a sus miles de muertos y que ya no aguantó más a su inoperante clase política, por lo que tomó como pretexto el terrible sismo del pasado 19 de septiembre para unirse y comenzar a exigir lo justo.

Este es el México que quisiéramos ver: el unido, el solidario, el de los grandes ejemplos y grandes esfuerzos. Esta es la nueva generación de mexicanos que saben que pueden hacer lo que se propongan, con o sin la ayuda del Estado. Al que no necesita pedirle permiso, sino marcarle el paso.

Este es el país que queremos ver, ese que no se chica ante la tragedia, sino que al contrario, le hace sacar lo mejor de sí, con fuerza, con carácter y con humor. Este es el México del cual nos podemos sentir orgullosos, unido contra todo aquello (y aquellos) que le hagan daño... ¿o usted, qué opina?

Twitter: @jperezarellano

Escrito en: Sin Restricciones México, esos, guerra, grandes

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