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ARMANDO FUENTES AGUIRRE (CATÓN)

VARIACIONES OPUS 33 SOBRE EL TEMA DE DON JUAN

Doña Inés se le aparece en sueños a Don Juan. No lleva su hábito blanco de novicia: en el sueño se le presenta hermosamente desnuda, tal como la miró la noche en que fue suya por primera vez. Sus largos cabellos rubios ocultan la blancura de sus senos, y ella cubre con las manos la dorada mies que nadie nunca ha visto.

Al verla así, tan bella, tan blanca, tan inocente, Don Juan llora la culpa de haberla seducido. La espina del remordimiento lo despierta, y su almohada está mojada por las lágrimas. No puede ya dormir. El resto de la noche lo pasa en oración o leyendo la Imitación de Cristo.

Una noche doña Inés se le apareció de nuevo. Esa vez sus cabellos no le cubrían los senos, ni ella escondía su gala de mujer. Una suave sonrisa iluminaba sus ojos y su tez. Le dijo a Don Juan:

-No llores más al verme. Aquella noche fue la más feliz de mi vida.

Lloró otra vez Don Juan, pero ahora de alegría. Supo que el amor de doña Inés llegaba más allá de la muerte. Hasta allá llega el verdadero amor.

¡Hasta mañana!...

Escrito en: Mirador noche, Inés, ella, allá

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