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¿R.I.P. para el TLC?

Pura Intuición

RAFAEL ALARCÓN

Hoy en día las palabras que probablemente más se escuchan tanto en la arena política internacional como en la científica son: globalización y neoliberalismos; se habla de sus aciertos y desaciertos, y son elementos discutidos por los economistas, los políticos y los científicos de los diversos países del mundo industrializado y otros en vías de desarrollo, donde la idea de estos análisis se centra en la repercusión en los pobres, en los trabajadores, en las familias y en las sociedades de los países del Tercer Mundo, quienes, en definitivas, son los mayores perjudicados ante tal política de globalización.

Para los países desarrollados, la globalización era necesaria e inevitable, debido al desarrollo científico técnico alcanzado por la humanidad, así como su incidencia en la economía de mercado, conllevando a sus crisis periódicas y generalizadas en todo el planeta a partir del siglo pasado, por lo que se hace indispensable adoptar nuevas estrategias económicas y sociales para lograr un desarrollo sostenible de la humanidad en su conjunto.

La globalización neoliberal ha tenido efectos muy negativos en los países del Tercer Mundo, ya que les ha impuestos abrir sus mercados a los productos industrializados de los países desarrollados, mientras que los productos de los países pobres en desarrollo le mantienen sus cuotas arancelarias y le niegan abrir sus mercados; ejemplo de esto lo hemos vistos con el banano de América Latina, la caña de azúcar, y el atún etc.

Por todo lo antes señalado, es que a los países subdesarrollados les resulta imposible alcanzar su vía de desarrollo, existiendo cada vez una mayor inequidad entre los países del Norte con relación a los del Sur, debido a la forma en que se ha tenido que implantar este modelo de globalización. El objetivo principal en este artículo es demostrar cómo la globalización neoliberal repercute en la salud del trabajador y en el bienestar de su familia

Un tratado de libre comercio (TLC) es un acuerdo entre dos o más países cuyo objetivo principal es establecer reglas comunes para normar la relación comercial entre ellos. Un TLC busca crear una zona de libre comercio entre los países que son parte del mismo. Los TLC son instrumentos bilaterales o multilaterales de política exterior que los países utilizan para consolidar y ampliar el acceso de sus productos y eliminar barreras arancelarias y no arancelarias, así como establecer mecanismos de cooperación entre las partes contratantes. El objetivo principal de este tipo de acuerdos es liberalizar la totalidad de productos y servicios que se comercian entre las partes contratantes.

Los Tratados de Libre Comercio forman parte de una estrategia comercial de largo plazo que busca consolidar mercados para los productos mexicanos con el fin de desarrollar una oferta exportable competitiva, que a su vez genere más y mejores empleos. La experiencia muestra que los países que más han logrado desarrollarse en los últimos años son aquellos que se han incorporado exitosamente al comercio internacional, ampliando de esta manera el tamaño del mercado para sus empresas.

Los tratados de libre comercio traen consigo beneficios que están relacionados no solo con aspectos de tipo comercial sino que son positivos para la economía de su conjunto: permiten reducir y en muchos casos eliminar las barreras arancelarias y no arancelarias al comercio; contribuyen a mejorar la competitividad de las empresas (dado que es posible disponer de materia prima y maquinaria a menores costos); facilita el incremento del flujo de inversión extranjera, al otorgar certidumbre y estabilidad en el tiempo a los inversionistas; ayudan a competir en igualdad de condiciones con otros países que han logrado ventajas de acceso mediante acuerdos comerciales similares así como a obtener ventajas por sobre los países que no han negociado acuerdos comerciales preferenciales; y, finalmente, fomentan la creación de empleos derivados de una mayor actividad exportadora.

Sin embargo el TLC tiene sus muchas desventajas. No reconoce como territorio nacional el subsuelo, las 200 millas de mar territorial, la órbita geoestacionaria, el espectro electromagnético ni la plataforma continental. De esta forma, las trasnacionales estadounidenses podrían apropiarse de las riquezas que se hallen en el subsuelo marino, del espacio electromagnético -de vital importancia en las comunicaciones- y no pagar regalías de ningún tipo por el uso de la órbita geoestacionaria del país.

Ingresarán a los países suscriptores del TLC productos agrícolas de EE UU subsidiados a bajos precios, en contra de los productores nacionales. Menoscabo de soberanía con la imposición de la relación Estado-inversionista con claros beneficios a los proveedores estadounidenses. En cuanto a las compras estatales que no se direccionan a los productores nacionales y en los servicios no está permitido establecer requisitos de desempeño.

Pérdida de oportunidad de desarrollo económico por la venta de productos a precios de mercado, ante la explotación amañada de nuestros recursos naturales. Es mi intuición que la falta de industrialización, la falta de modelos económicos sólidos y la no inversión de capital local y extranjero en nuestro estado nos cobrarán factura tarde o temprano y nos hace ser espectadores y no actores del tratado del libre comercio ¿o usted qué opina?

Escrito en: Pura Intuición países, productos, comercio, libre

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