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Morir de pobreza ya no asombra en Durango

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Morir de pobreza ya no asombra en Durango

Morir de pobreza ya no asombra en Durango

IVÁN SOTO HERNÁNDEZ

La grave situación de pobreza que viven miles de familias en el estado de Durango, y de manera más marcada en la zona indígena del municipio de Mezquital, debiera ser motivo de verdadera preocupación y acción por parte de políticos y gobernantes. Pero no es así.

Debatir acerca de si son o no suficientes las despensas enviadas a las regiones más vulnerables de la entidad para sobrellevar la mendicidad, es un discurso insuficiente, que se queda corto ante lo delicado que es registrar tantos problemas de desnutrición infantil.

La política social de Durango está reprobada, es algo que admite el propio Marcos Cruz Martínez, titular de la Secretaría de Desarrollo Social del Estado (Sedesoe), quien en 13 meses al frente de esa área solo ha aportado grilla y ganas de desquite político con el pasado.

Mientras tanto, por primera vez se observan desarticulados todos los posibles esfuerzos para combatir la pobreza.

En Durango capital, por ejemplo, la Delegación Federal de Sedesol -que encabeza Isaías Berumen- no hace equipo con la Sedesoe del Gobierno del Estado -que encabeza Marcos Cruz-, y viceversa. Y en carril por separado a ambos camina casi siempre la Dirección Municipal de Desarrollo Social que dirige Luis Fernando Galindo.

Es decir, no hay empatía entre ninguno de los tres funcionarios. No hay una labor de equipo que se traduzca en acciones claras y concretas para enfrentar el problema de la pobreza, en el cual se encuentra la mayor parte de la población estatal.

Y es que, quizá sería pedirle peras al olmo: Isaías obedece a un gobierno federal bajo la conducción del PRI. Marcos pertenece a un gobierno aliancista, pero su corazón y operación buscan favorecer al PRD (ya se ha visto, a través de su hermano Juan). Y Luis Galindo, por su parte, se inclina hacia el PAN por obvias razones ya que es casa y origen.

La pobreza, sin embargo, exige que los diferentes órdenes de gobierno se dejen de rivalidades y miren de frente la problemática social que enfrentan los duranguenses, porque pasan los días, se convierten en meses y no se ve clara una ruta para superar esa triste realidad.

Veamos algunos factores directa e indirectamente ligados a la pobreza que está viviendo Durango:

1.- Los delitos patrimoniales están estrechamente ligados a la falta de oportunidades de salir adelante. Por eso vemos cómo crece y crece el delito del robo, sin que haya algo tajante y eficaz que frene ese comportamiento.

2.- El desempleo no da tregua. Los indicadores quizá no son los más alarmantes, pero sí hay un fuerte problema que impacta directo en el bolsillo familiar ya que las vacantes de empleo que más abundan son las que casi nadie quiere: en las maquilas, de obreros.

3.- La migración a Estados Unidos sigue vigente y Durango no deja de expulsar gente de todas las condiciones socioeconómicas a otros estados del país y a la Unión Americana, pese a la supuesta amenaza que representa Donald Trump desde enero pasado.

4.- El gobierno sigue siendo el principal empleador y el eje rector de la economía estatal, con lo cual se mantiene un sistema económico quincenal, que no logra independencia, sino al contrario, está fuertemente ligado al presupuesto público. Así que, si le va mal a los gobiernos al gestionar recursos y obras, olvídense de que podamos salir de este padecimiento.

La producción de pobres en México y en particular en Durango, es algo que no se detendrá con pleitos y diferencias en la clase política y gubernamental.

Si los partidos dejaran de pensar tan obcecadamente en la ambición de retener el poder o en su lucha eterna por buscar espacios de poder, si realmente les preocupara la muerte de duranguenses a causa del hambre, quizá los haría hacer a un lado sus agendas de conflicto interno y externo y buscarían soluciones conjuntas que tiendan a ser eficaces a la brevedad.

Pero dudo que eso ocurra. Como también dudo que alguien pueda predecir la reacción social de los mexicanos ante una clase política que no ve ni escucha los verdaderos problemas de la gente.

Es razón suficiente para hacer un alto la muerte de una menor por desnutrición, y la existencia de cientos de casos similares en riesgo grave de morir o padecer el hambre en exceso tan solo ahí en el municipio de Mezquital. ¿O no?

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Escrito en: ComuniK2 Durango, gobierno, pobreza, política

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