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El tormento de los sueños

¿Qué indican las pesadillas?

El tormento de los sueños

El tormento de los sueños

Junior Robles

Mientras te dirigías a tu hogar, a la luz de la luna, un hombre te observaba con despecho. Su mirada empezó a incomodarte al grado de salir corriendo. Lograste ocultarte, pero el extraño te buscó hasta en el más oscuro rincón. El miedo te delató, el hombre finalmente logró atraparte. Querías gritar para pedir ayuda, pero ¡maldición!, tu voz desapareció por completo. Tu única opción fue resistir... hasta que sonó el despertador. Sí, gracias al cielo todo se trataba de una pesadilla.

Imagina que al dormir aparezcas atrapado en una persecución, con un monstruo o en la mitad de una caída mortal, ¿escalofriante, no? Todos hemos tenido este tipo de sueños en nuestra vida, sobre todo de niños, pero ¿y si ya somos adultos y aún las tenemos?

Un estudio realizado por la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño (AASM por sus siglas en inglés), destaca que las pesadillas acompañan al ser humano por el resto de sus vidas. Estos sueños pueden presentarse de manera esporádica (cuando se asocian con problemas concretos y desaparecen una vez superada la situación) o recurrente (cuando se repiten en diferentes épocas de la vida y se relacionan con momentos difíciles de asumir).

El origen

Según la AASM, al dormir, el cerebro continúa trabajando sobre los estímulos recibidos en el día, provocando que los sueños sean la puerta de acceso al subconsciente; ¡no descuides tu interior! Las pesadillas pueden ser un mensaje de alerta por parte de nuestro cuerpo. La Academia menciona las siguientes razones:

Estrés: Aparece por la tensión física o emocional. Puede provenir de cualquier situación o pensamiento que provoque frustración, ira o nervios. La mayoría de las pesadillas aparecen principalmente por estrés postraumático (debido a las fuertes o significativas experiencias, como un accidente) y por estrés laboral.

Ansiedad: Se relaciona con la expectativa de que algo sucederá, es decir, cuando anticipamos efectos negativos antes de que lleguen o se produzcan. Algunos sueños producidos por la ansiedad se refieren a la inquietud, peligro, ataque, inseguridad, temor a la muerte y suicidios.

Apnea del sueño: Es un trastorno en el que la persona hace una o más pausas en la respiración durante el sueño. Las pausas pueden durar entre unos pocos segundos y varios minutos, a menudo ocurren entre 30 veces o más por hora. Este padecimiento puede causar sueños en donde la persona se desespera por no poder respirar.

Depresión: El investigador Nils Sandman asegura que las pesadillas podrían funcionar como indicadores de la aparición de depresión, soñarlas podría ayudar en el diagnóstico. La mayoría de los sueños provocados con este factor, se relacionan con la vergüenza, ansiedad y dolorosos. La muerte de un ser querido o la separación de nuestros padres pueden desencadenar un mal sueño.

Indigestión: Comer mucho antes de ir a la cama puede provocar una mala digestión, lo que desencadena malos sueños nocturnos.

Enfermedades: La fiebre suele ser factor que desencadene pesadillas debido a la debilitación del sistema nervioso.

Medicamentos: Existen fármacos como los ansiolíticos, los antidepresivos y los antihipertensivos que causan pesadillas porque representan a uno de sus efectos secundarios.

¿Cómo librarse de las pesadillas?

Dormimos no sólo para descansar, también funciona para reorganizar las experiencias vividas durante el día. El estilo de vida actual nos exige mucho, por eso es importante que las personas tomemos tiempos de recuperación para rendir al máximo o permanecer sanos. Dormir es un elemento importante para la relajación y la recreación, ¿pero qué podemos hacer para que las pesadillas no intervengan? Toma en cuenta los siguientes consejos:

1. No consumir alcohol y estimulantes como café, té y refrescos energéticos antes de dormir.

2. Utilizar tapones de oídos para que los ruidos no se entrometan en los sueños.

3. La AASM aconseja escribir la pesadilla en un papel y leerla en voz alta. Posterior a ello, romper el papel y tirarlo. Este gesto tiene un efecto terapéutico que llega al subconsciente.

4. Practicar ejercicio físico regular, con ejercicios aeróbicos, evitará las pesadillas, puesto que se podrá conciliar el sueño más rápido provocando que sea más profundo y reparador.

5. Utilizar técnicas de relajación para reducir la ansiedad y practicar una buena higiene del sueño (acostarse a la misma hora todas las noches y despertarse a la misma hora cada mañana) reducen la aparición de pesadillas.

6. Como ya se había mencionado, algunas pesadillas están vinculadas al consumo de fármacos, por lo que se recomienda evitar el uso prolongado de tranquilizantes. Si estos malos sueños han aparecido a raíz del consumo de un nuevo medicamento, consultar con un médico puede ser la mejor solución.

7. En caso de pesadillas causadas por los efectos de sustancias nocivas o por el alcohol, buscar ayuda médica para dejar el hábito funcionará a la perfección.

¡Traquilo! Las pesadillas pueden ser útiles

Tal como lo lees, varios investigadores de la AASM indican que cuando una pesadilla es recurrente, se intenta transmitir un mensaje. En este sentido, estos sueños terroríficos pueden ser una forma de identificar y tratar problemas personales.

Hay sueños que a veces que nos advierten sobre pautas de comportamiento actuales o desequilibrios psicológicos que se deben resolver. Según la Academia, si logramos hacer caso al aviso y buscar una solución en la vida real, dejaremos de tener la pesadilla, lo que representará la prueba más clara de que el problema ya está resuelto.

¡Procura un sueño sano!

La Escuela de Medicina de Harvard reveló una serie de consejos para lograr sueño sano cada noche, esencial para que nuestro cuerpo esté saludable y con energías para afrontar cualquier tarea al día siguiente, ¡no los pierdas de vista!:

1. Haz ejercicio: Mantenerse físicamente activo aportan tres beneficios para obtener un sueño reparador: cuando alguien está cansado por el ejercicio se duerme más rápido, consigue mayor porcentaje de sueño profundo y se despierta con menos frecuencia durante la noche.

2. Utiliza la cama sólo para dormir: No acostumbres a tu cuerpo a realizar actividades en tu cama como leer, hacer tarea o ver televisión.

3. Horarios y rutina: Irse a la misma hora cada día y despertarse también a la misma, permitirá un descanso óptimo.

4. Adiós al tabaco: Fumar es un gran enemigo del descanso. La nicotina provoca un efecto que dificulta que nos quedemos dormidos con facilidad.

5. Una buena zona de descanso: El lugar donde duermes debe ser un templo de tranquilidad y silencio. El celular o la televisión deberán estar fuera de este espacio. Lo ideal es que esté oscuro, fresco y lo más tranquilo posible.

6. Menos bebidas con cafeína: El café, el té o los refrescos pueden apetecer mucho a lo largo del día, pero la cafeína provoca más dificultad para dormir y aumenta la necesidad de orinar durante la noche.

7. Evita los somníferos: No te automediques para alcanzar el sueño. Lo ideal es consultar con un especialista y buscar la forma más eficaz de tomarlas en un período corto.

8. Beber menos alcohol: El alcohol deprime al sistema nervioso, lo que ayuda a quedarse dormido. Sin embargo, este efecto desaparece a las pocas horas, lo que provoca que podamos despertarnos varias veces a lo largo de la noche.

9. Siestas sí, pero cortas: Dormir la siesta es beneficioso para continuar con energía el resto del día, pero no si son extensas. Un máximo de 20 minutos puede resultar fenomenal y no impedirá conciliar el sueño.

10. Si no te duermes, levántate: Quedarse en la cama tras 20 minutos de haberse ido a dormir es un indicador de que no estamos relajados y por lo tanto, nos va a costar quedarnos dormidos. Levántate, porte a leer un poco y luego vuelve a la cama. Dar vueltas y vueltas en la almohada no acelerará el proceso.

Escrito en: sueños, pesadillas, pueden, sueño

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